Hombre blanco no ama la Tierra

por Pilar Baselga para La Independiente Digital

La educación de las sociedades desarrolladas en Occidente ha consistido en declarar la raza blanca judeo-cristiana superior a las otras civilizaciones y culturas que denomina primitivas, con el supuesto que, si dejáramos a un esquimal evolucionar miles de años, acabaría inventando el móvil y construyendo una central nuclear. Y que, si no lo hiciera, es porque es un ser inferior en todo. Otra idea básica es que, cómo sobrevive el más apto, la cultura que somete es superior a la sometida.

Este juicio despectivo es lo que sustenta todo el colonialismo europeo y se refuerza en el siglo XIX con las teorías eugenistas inglesas. Ha sido tan poderosamente atornillado en las mentes que incluso muchos de los pueblos primitivos han aceptado esa visión de ellos mismos: tienen que vivir, pensar y vestir como el hombre blanco cristiano, copiando su sistema económico, sus valores sociales y su manera de vestir.

"El primer paso para aliviar el Peso de la Carga del Hombre Blanco
es a través de educar en las virtudes de la limpieza.
Jabón Pears, es un potente factor en aclarar los oscuros rincones de la Tierra al tiempo que
la civilización avanza, mientras que mantiene la más alta posición
entre las personas con cultura de todas las naciones– es el jabón ideal para el baño."

Si observamos las sociedades humanas primitivas y subdesarrolladas,  originarias de lugares remotos de todo el planeta, los aborígenes australianos, los yanomamis del Amazonas, los indios hopi de América del Norte, o los inuit de Alaska descubrimos que, en su estado original:

 1.    Viven en contacto con la naturaleza a la que veneran, aman y respetan.
 2.    Piensan que pertenecen a la Tierra y no que la Tierra les pertenece. Viven sobre ella sin necesidad de comprarla, pues no tiene dueño, del mismo modo que los pájaros no alquilan las ramas o el conejo no compra la madriguera.
 3.    El bosque y los árboles son sagrados, y se talan exclusivamente por necesidad.
 4.    Jamás cazan por diversión o por espectáculo. Sólo matan por superviviencia, con la conciencia de que esos animales mueren por ellos, se lo agradecen y les piden perdón.
 5.    Dedican mucho tiempo a no hacer nada, escuchar el silencio, observar y contemplar la naturaleza.
 6.    No tienen horarios, no fichan, y pueden comer y vivir en sus comunidades aunque no sean los más eficientes o productivos.
 7.    Hay más cooperación que competencia, como en la naturaleza.
 8.    Se toman decisiones en comités de sabios. Hay un jefe pero no es un rey. Si no es competente se le reemplaza por otro más apto.
 9.    La hospitalidad es ley. No compartir es una falta muy grave.
 10.    El arte no es un producto comercial, es un rito que cumple una función religiosa o mágica. Es algo muy serio e importante para equilibrar las relaciones entre los seres humanos y las fuerzas de la naturaleza.
 11.    El poder no está relacionado con el dinero sino con la autoridad y el respeto que manifiestan unos a otros. No tienen dinero, ni bancos, ni hipotecas. Practican el trueque.
 12.    No tienen propiedad privada. No tienen llaves.
 13.    No necesitan trabajar toda una vida para poder tener una casa en la que dormir.
 14.    No generan basura ni producen productos contaminantes, todo es biodegradable.
 15.    No tienen escritura ni parecen necesitarla.
 16.    No utilizan la piedra para su arquitectura, que suele ser ligera, ecológica, transportable.
 17.    No se constituyen en centros urbanos, sino en comunidades limitadas.
 18.    No hay estado que organice la enseñanza, la sabiduría tradicional se trasmite por la práctica y a través de cuentos y canciones. Los niños son muy felices y tienen mucho tiempo para jugar en contacto con la naturaleza.
 19.    Si el clima lo permite, se cubren muy poco el cuerpo.
 20.    Ningún miembro de esas sociedades podría vivir de vender a los demás alimentos dañinos para la salud o productos químicos y tóxicos.
 21.    No les molestan los olores corporales.
 22.    La guerra y las drogas no son un negocio.

Aunque en la actualidad, la mayoría de estos grupos humanos ha sido contaminada por la cultura del hombre blanco, jamás ningún profesor me enseñó esto de las sociedades primitivas.

Ahora veamos las sociedades avanzadas:

 1.    La tierra es poseída por unos pocos, quienes la sobreexplotan, la esquilman, la envenenan o la dejan abandonada, impidiendo que otros que no tienen nada vivan de ella.
 2.    Viven cada vez más lejos de la naturaleza, hacinados en espacios urbanos contaminados, malolientes en los que la posesión de un puñado de  metros cuadrados suponen la inversión de años de trabajo.
 3.    El bosque conviene ser quemado, sobre todo si tiene vistas al mar, y en las ciudades los árboles se talan para que circulen mejor los coches. Sólo en vacaciones, la naturaleza y el bosque son un decorado donde se merienda para olvidar durante un tiempo muy corto lo que pasa el resto del año.
 4.    Matar animales por diversión se llama el deporte de la caza y la pesca, cuando es un espectáculo se llama fiesta taurina. Los animales son maltratados, hacinados y sacrificados sin ningún tipo de cuidado o respeto. Y se consume  su carne en exceso, a sabiendas de que no es bueno para la salud.
 5.    Muchos trabajan muchas horas en actividades desagradables que les hacen sentirse infelices, en empresas contaminantes, opresoras y depredadoras o relacionadas con ellas. Tienen  poco tiempo libre, temen el silencio y la soledad y se aturden con radios, televisiones o MP3. No suelen contemplar la naturaleza.
 6.    Ser eficiente y productivo es indispensable. Si no lo eres, pierdes tu trabajo.
 7.    La sociedad está basada en la competitividad y el control de unos sobre otros. La cooperación es un acto de caridad que se practica en las antiguas colonias de manera paternalista.
 8.    Las decisiones que afectan a todos son tomadas por un mínimo grupo que controla todo,  los que están al mando son generalmente incompetentes, corruptos y abusan de su poder.
 9.    La hospitalidad no es ley, por el contrario las personas cierran sus espacios con llaves y con verjas para que nadie las pueda compartir, aunque ellos no las utilicen.
 10.    El arte es un negocio, se especula sobre los objetos artísticos que dan glamour a sus poseedores. No cumplen ninguna función social para la comunidad sino la de satisfacer los egos de compradores y vendedores. Son creaciones individuales que son adquiridas por particulares para su disfrute en privado.
 11.    La acumulación de dinero es determinante para ser respetado por los demás. El dinero da poder y autoridad. Los que más trabajan son los que menos tienen, y viceversa. Llegando al extremo que el que más tiene, directamente no hace nada, como la duquesa de Alba.
 12.    Todo está basado en la propiedad privada: mi marido, mi mujer, mis hijos, mi casa, mi país, mi pasaporte, mi lengua, mi religión, mi club de fútbol y mi Dios es mejor que el tuyo.
 13.    El fruto del trabajo no siempre alcanza para cubrir lo necesario como comer y tener una vivienda, creando una sensación de frustración y esclavitud.
 14.    Se genera mucha basura, y cada vez es más contaminante y tóxica, poniendo en peligro la salud de las personas, animales y plantas: mercurio de las pilas y de las bombillas de bajo consumo, metales pesados de los combustibles, ordenadores y móviles, plásticos y envases indestructibles, basura radioactiva.
 15.    La escritura es fundamental pues te pasas la vida  leyendo libros llenos de mentiras y medias verdades, escritos por los diferentes servicios del Estado y acumulando montañas de papeles, contratos, recibos, declaraciones de hacienda, facturas, escrituras, diplomas, certificados que, llegado el momento de la sospecha policial o judicial, demuestren que lo que dices es cierto.
 16.    La arquitectura es fundamental, por ser la base de la cultura del hombre blanco. Es la manifestación física del poder, tanto del estado como del individuo. La posesión de una arquitectura es muy importante en la mente del hombre blanco,  y la industria y negocio alrededor de ella mueven mucha energía y  dinero.
 17.     La urbe es, pues, otra característica de las sociedades avanzadas del hombre blanco. Es aficionado a desarrollarlas hasta límites insoportables para todos los que en ellas habitan, pudiendo llegar a pasar  3 horas diarias para ir a trabajar.
 18.    El estado y la iglesia se ocupan del adoctrinamiento, pues no se trata tanto de enseñar las cosas importantes y necesarias para la vida como de implantar las creencias que lleven a aceptar el sistema tal y como es.
 19.    Se gastan fortunas en ropa innecesaria, de tal manera que una de las mayores fortunas en España sea la del dueño de una tienda  de ropa.
 20.    Las mayores empresas alimentarias utilizan productos dañinos para la salud, como las semillas transgénicas, los antibióticos en los piensos, los azúcares sintéticos, los colorantes, potenciadores de sabor y conservantes. Las industrias de los medicamentos pueden vender productos tóxicos como tratamientos que cronifican o que provocan daños colaterales, vacunas dudosas, somníferos o tranquilizantes adictivos.
 21.    Los olores corporales se consideran desagradables y deben ser ocultados con productos generalmente químicos.
 22.    La guerra y las drogas son los mayores negocios que sostienen la economía de este sistema.

¿Sigo?
Pues vaya sociedad desarrollada, creo que me quedo con la primitiva, aunque  tenga una vida más corta y no tenga internet.

CONCLUSIÓN

El hombre blanco  no ama a la Tierra, ni a los que viven sobre ella porque cuando mira un árbol centenario, le entran ganas de cortarlo para  hacerlo tablones y venderlo. El hombre blanco suele ser de educación cristiana y,  aunque el cristianismo diga que es la religión del amor, se comporta sin empatía ni amor hacia lo terrícola, destruyendo, sometiendo y esclavizando. Con las armas, la tecnología y la genética ha conseguido adueñarse del planeta e implantar su manera destructora de entender la vida. Extremadamente inteligente y conocedor de los mecanismos de la mente humana, ha sabido  manipular y convencer a todos de que su poder se debe a su superioridad.

Los hombres blancos han creado un mundo absurdo, injusto y violento. Son los señores de la guerra.
¿Habrán venido de Marte, que es el dios de la guerra?
¿Hubo, en algún momento de la historia de la humanidad, otra manera de vivir en este planeta?
Escuchemos a  Hesiodo  describir cómo fue la Era Dorada antes de la Caída del Hombre:

"El Hombre vivía como los dioses, sin vicios o pasión, irritación o trabajo. En feliz compañerismo con seres divinos , pasaban sus días en tranquilidad y placer, viviendo juntos en perfecta igualdad, unidos por confianza y amor mutuos. La tierra era más hermosa que ahora, y producía espontáneamente una variedad abundante de frutos. Seres humanos y animales hablaban la misma lengua y conversaban entre sí. Los Hombres eran considerados simples niños a los cien años de edad. No tenían ninguna de las dolencias de la edad para molestarlos y cuando pasaban a regiones de la vida superior, era en un sueño apacible."