ARTICULO |
1 AGOSTO 2011 – Número 3 |
Bill Hicks: la honestidad y autenticidad a carcajadas
por Tete Llorens para La Independiente Digital

El 26 de febrero de 1996, William Melvin Hicks, murió a la edad de treinta y dos años, un nombre que para la gran mayoría es absolutamente desconocido, incluso el nombre con el que se dió a conocer, Bill Hicks, y que le hizo famoso en EEUU, Canada y el Reino Unido, no suele ser de dominio público en otros paises de habla no inglesa.
Desde La Independiente Digital queremos recordar a este gran personaje y darle un poco más de notoriedad, si es posible, dando a conocer su talento y obra.
Bill Hicks nació en Georgia, el año 1961, y desde muy pequeño ya mostró una personalidad y talento muy peculiares, así como un inconformismo y rebeldía que le llevarían a pasar una infancia y adolescencia conflictivas. Pero en el fondo, la raíz de todo era que la esencia de Bill clamaba por salir a la luz y romper con todo aquello que le encarcelaba y apagaba la llama de lo que realmente era, desde bien pequeño tuvo la certeza de vivir siendo él mismo y no dejarse llevar por la etiquetas que encasillan y alinean a las personas habitualmente, y luchó por ello, con decisión y honestidad, y aunque murió a una edad muy temprana, vivió siendo él mismo y no rindiéndose a las opresiones externas.
Desde La Independiente Digital queremos recordar a este gran personaje y darle un poco más de notoriedad, si es posible, dando a conocer su talento y obra.
Bill Hicks nació en Georgia, el año 1961, y desde muy pequeño ya mostró una personalidad y talento muy peculiares, así como un inconformismo y rebeldía que le llevarían a pasar una infancia y adolescencia conflictivas. Pero en el fondo, la raíz de todo era que la esencia de Bill clamaba por salir a la luz y romper con todo aquello que le encarcelaba y apagaba la llama de lo que realmente era, desde bien pequeño tuvo la certeza de vivir siendo él mismo y no dejarse llevar por la etiquetas que encasillan y alinean a las personas habitualmente, y luchó por ello, con decisión y honestidad, y aunque murió a una edad muy temprana, vivió siendo él mismo y no rindiéndose a las opresiones externas.
Ya en el instituto era conocido por su capacidad humorística y creativa, y junto a su gran amigo Dwight Slade solían hacer espectáculos y actuaciones que previamente escribian y preparaban, haciendo las delicias y desatando las carcajadas de aquellos que les veian. De ser un pasatiempo, esto paso a ser para Bill, de manera muy clara, a lo que se quería entregar, y progresivamente fue a locales de micrófono abierto a presentar sus shows, codeándose –siendo tan sólo un adolescente– con humoristas adultos y de gran reputación y ganándose la admiración, el aprecio y el respeto de todos ellos.
Su actividad fue en aumento y después de unos años esto le llevó a Los Angeles, California, dónde después de algún altibajo y un tiempo de reflexión sobre su destino, incluso pensando en dejarlo y volcándose en su otra afición, la música, volvió a encauzar su camino como comediante. Con sólo diecinueve años, le ofrecieron, a él y a su amigo Dwight, un contrato millonario desde una famosa productora de Hollywood y Bill lo rechazó por no querer ceder a las condiciones que este le exigia y que él consideraba que hacían que dejara de ser él mismo, moldeando su obra y talento para encajar en la industria, algo que no podia tolerar y no toleró, aún sabiendo que eso significaría tener que continuar sobreviviendo como pudiera. Poco después, Bill y Dwight se separaron y Bill continuó su camino en solitario, llegando a hacer giras por el país y el extranjero, y recibiendo una cálida aceptación en el Reino Unido, país que le acogió mucho mejor que su tierra natal, seguramente por la autocrítica que hacía de su propio país, y como muestra la censura de su actuación el el show de Letterman, dónde despues de ya haberlo grabado, se retiró y suspendió debido al contenido crítico con la religión y otros aspectos obviamente tabú.
Su actividad fue en aumento y después de unos años esto le llevó a Los Angeles, California, dónde después de algún altibajo y un tiempo de reflexión sobre su destino, incluso pensando en dejarlo y volcándose en su otra afición, la música, volvió a encauzar su camino como comediante. Con sólo diecinueve años, le ofrecieron, a él y a su amigo Dwight, un contrato millonario desde una famosa productora de Hollywood y Bill lo rechazó por no querer ceder a las condiciones que este le exigia y que él consideraba que hacían que dejara de ser él mismo, moldeando su obra y talento para encajar en la industria, algo que no podia tolerar y no toleró, aún sabiendo que eso significaría tener que continuar sobreviviendo como pudiera. Poco después, Bill y Dwight se separaron y Bill continuó su camino en solitario, llegando a hacer giras por el país y el extranjero, y recibiendo una cálida aceptación en el Reino Unido, país que le acogió mucho mejor que su tierra natal, seguramente por la autocrítica que hacía de su propio país, y como muestra la censura de su actuación el el show de Letterman, dónde despues de ya haberlo grabado, se retiró y suspendió debido al contenido crítico con la religión y otros aspectos obviamente tabú.
Bill fue un cómico, crítico social, satirista y músico. Su material consistía mayoritariamente de monólogos sobre la sociedad, religión, política, filosofía y temas personales. Su material era siempre controvertido, impregnado de comedia negra. Tanto en sus shows como en las entrevistas, criticaba a menudo el consumismo, la superficialidad, la mediocridad y banalidad dentro de los medios de comunicación y cultura popular, describiéndolos como herramientas opresivas de la clase dirigente, cuya finalidad es "mantener a la gente estúpida y apática".
Las actuaciones de Bill se caracterizaban por su crudeza, por su desmesura en la puesta en escena, y sobre todo, sobre todo, por su honestidad. No es que exagerara lo que decía como herramienta, es que decia lo que pensaba tal como lo pensaba, sin más. No se le podría calificar de anti-nada en concreto, porque en el fondo, detrás de todas sus críticas residia una misma cosa: su deseo de hacer relucir la verdad en medio de un mundo falso y postizo, dónde sentía el deber de golpear el caparazón de ilusión que arropaba a la sociedad con sus martillazos verbales y conceptuales.
Las actuaciones de Bill se caracterizaban por su crudeza, por su desmesura en la puesta en escena, y sobre todo, sobre todo, por su honestidad. No es que exagerara lo que decía como herramienta, es que decia lo que pensaba tal como lo pensaba, sin más. No se le podría calificar de anti-nada en concreto, porque en el fondo, detrás de todas sus críticas residia una misma cosa: su deseo de hacer relucir la verdad en medio de un mundo falso y postizo, dónde sentía el deber de golpear el caparazón de ilusión que arropaba a la sociedad con sus martillazos verbales y conceptuales.
Bill se desnudaba ante el mundo, y provocaba que el que le viera se desnudara ante él, o que saliera huyendo ante tal chorro de sinceridad. Diseccionaba al ser humano, empezando por él mismo, para poder ofrecer herramientas a su público para que éstos vieran más allá de lo que el mundo les decía que vieran, y lo mejor de todo, es que lo hacía a través del desenfado frente a cualquier situación, y con el humor y la carcajada como bandera, una llave capaz de abrir los candados que ninguna otra herramienta podía abrir. Demostró que el humor no es sólamente cuestión de entretenimiento, una vía de escape de las grises vidas que llevamos, sinó que a menudo es una linterna para alumbrar la oscuridad que está enfrente nuestro y nos impide seguir avanzando, y también demostró, que ser humano va más allá de cualquier etiqueta, y que nada importa dónde estemos encasillados si no somos honestos con nosotros mismos y con los demás.
De alguna forma, Bill fue un profeta, un hombre adelantado a su tiempo, que vislumbraba y veia con claridad todo lo que había debajo de la alfombra y lo que estaba por venir, como con el tiempo se ha podido comprobar. Vivía en conflicto en medio de una sociedad adormecida y aborregada dónde ser uno mismo es visto con recelo y excentricismo. A través de sus actuaciones no dejó títere con cabeza, llamando a las cosas por su nombre sobre los gobiernos, la industria publicitaria, la religión, la industria musical, el ejército, la industria armamentística y las guerras, la falsa moral, el cine, la televisión, la educación, los medios de comunicación, el arte... todo, absolutamente todo, porque como anteriormente decía, no era anti-nada en concreto, sólamente reclamaba a gritos verdad en todas y cada una de las expresiones posibles. Fue politicamente incorrecto hasta la saciedad, pero debajo de todo el ruido se veia, si se queria ver claro está, el hombre honesto, sincero, amante de la vida, amigo de sus amigos y respectuoso con todo aquello que fuera auténtico y no supurara falsedad y manipulación. Bill era capaz de hacerte reir a carcajadas hasta llorar de risa como nadie más era, y a mi juicio como nadie ha sido hasta ahora, y al mismo tiempo, invitarte a reflexionar sobre las cuestiones más existenciales, y mostrarte un mundo que está delante tuyo pero no ves.
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Vivió sin miedo a ser él mismo, y su honestidad y autenticidad estaba por delante de cualquier beneficio, y su ya legendaria vida –que debido a no sabemos que ley universal desconocida, hace que todo ser humano que viva según sus propias creencias, independiente del camino marcado por el poder, acabe muriendo a temprana edad– fue una vida corta quizás, pero sobre todo una vida imbuida en verdad, una luz en la oscuridad, como muchos otros genios, y digo genios porque en un mundo de subhumanidad, un auténtico ser humano es visto como genio. Y nos enseñó que ser uno mismo está más allá de cualquier aspiración y al alcance de todos, aunque no es lo habitual, y desde sus actuaciones nos animaba: ¡Venga! ¡No tengais miedo! Ser vosotros mismos, deshaceros de todo lo demás, no os preocupeis por nada más, y ¡¡vivir !!
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En una de sus últimas actuaciones, se despedia con una intervención que bien podría resumir su mensaje :
“El mundo es como una atracción de feria, y cuando decides subirte crees que es real porque así de poderosas son nuestras mentes. Y va de arriba abajo con un sinfín de emociones, y colores muy brillantes, y ruidoso, y es divertido por un tiempo. Mucha gente ha estado en la atracción por mucho tiempo, y se cuestionan ¿Es esto real o es una atracción? Y mucha gente ha recordado, y nos dicen : "Oye, no te preocupes, no tengas miedo, porque esto es sólo una atracción". Y nosotros matamos a esa gente; "¡¡Cállenlo, tenemos mucho invertido en esta atracción, cállenlo!!, "mira mis cejas de preocupación, mi cuenta bancaria y mi familia, ¡esto debe ser real !" .... Es solo una atracción. Dejamos que maten a la gente buena que trata de decírnoslo, y a los demonios libres. Pero no importa, porque es solo una atracción, y podemos cambiarla cuando nosotros queramos, es solo una decisión, ningún esfuerzo, sin trabajo ni ahorros. Sólo una decisión ahora, entre el miedo y el amor.”
“El mundo es como una atracción de feria, y cuando decides subirte crees que es real porque así de poderosas son nuestras mentes. Y va de arriba abajo con un sinfín de emociones, y colores muy brillantes, y ruidoso, y es divertido por un tiempo. Mucha gente ha estado en la atracción por mucho tiempo, y se cuestionan ¿Es esto real o es una atracción? Y mucha gente ha recordado, y nos dicen : "Oye, no te preocupes, no tengas miedo, porque esto es sólo una atracción". Y nosotros matamos a esa gente; "¡¡Cállenlo, tenemos mucho invertido en esta atracción, cállenlo!!, "mira mis cejas de preocupación, mi cuenta bancaria y mi familia, ¡esto debe ser real !" .... Es solo una atracción. Dejamos que maten a la gente buena que trata de decírnoslo, y a los demonios libres. Pero no importa, porque es solo una atracción, y podemos cambiarla cuando nosotros queramos, es solo una decisión, ningún esfuerzo, sin trabajo ni ahorros. Sólo una decisión ahora, entre el miedo y el amor.”
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