ARTICULO |
1 AGOSTO 2011 – Número 3 |
Hiperdinero: la hiperrealidad de la economía
por David León Matute para La Independiente Digital

Nos alertaba Baudrillard del peligro de vivir en un mundo de simulacros. La vida simulada está, entre otras cosas, desprovista de los más básicos elementos de libertad y responsabilidad para los que la viven, los que participan de ella lo hacen con un papel pasivo y casi siempre ajenos en su mayoría a las fuerzas que operan dentro del sistema en el cual se desenvuelven.
Para el filósofo francés la realidad como conocimiento del mundo es puro psicologismo, una ilusión en la que el propio yo proyecta su idea arquetípica para construir la realidad. De hecho, dos individuos distintos obtendrán una realidad distinta. Esta idea de reminiscencias platónicas sugiere la imperfección de la realidad y la existencia de una ilusión radical que es el principio del mundo. En el proceso de construcción del mundo atendemos a las ilusiones, a las imágenes arquetípicas a los sueños, los símbolos y significados e intentamos concluirlo proyectando, a base de simulacros, la realidad del mundo en el que vivimos. La construcción de la realidad social podría entenderse como una realidad consensuada por todos, un espacio convivencial donde podamos coexistir, interrelacionarnos y crecer como grupo e individuos. Este sueño que todos soñamos, es la imitación perfecta de algo que nos precedió. Pero esta insuficiencia de forma, de sustanciación, es una suerte de promesa de que lo que existe es perfectible. Seguimos viviendo de una ilusión.
Sin pretender ahondar en el cuerpo filosófico del postmodernismo baudrillardiano expondremos los elementos necesarios para desarrollar nuestra crítica a la circunstancia que se vive hoy día respecto a la Economía, y no únicamente atenderemos a la teoría económica, algunas de sus leyes, sus modelos y métodos, sino que lo más importante es que la realidad, supuestamente construida por todos nosotros, de la Economía actual tiene un efecto con un alcance que va más allá de lo que creemos. Hoy día la Economía ha dejado de ser una realidad para constituirse en una hiperrealidad.
Expone Baudrillard que los simulacros pueden agruparse en tres ordenes o categorías:
Para el filósofo francés la realidad como conocimiento del mundo es puro psicologismo, una ilusión en la que el propio yo proyecta su idea arquetípica para construir la realidad. De hecho, dos individuos distintos obtendrán una realidad distinta. Esta idea de reminiscencias platónicas sugiere la imperfección de la realidad y la existencia de una ilusión radical que es el principio del mundo. En el proceso de construcción del mundo atendemos a las ilusiones, a las imágenes arquetípicas a los sueños, los símbolos y significados e intentamos concluirlo proyectando, a base de simulacros, la realidad del mundo en el que vivimos. La construcción de la realidad social podría entenderse como una realidad consensuada por todos, un espacio convivencial donde podamos coexistir, interrelacionarnos y crecer como grupo e individuos. Este sueño que todos soñamos, es la imitación perfecta de algo que nos precedió. Pero esta insuficiencia de forma, de sustanciación, es una suerte de promesa de que lo que existe es perfectible. Seguimos viviendo de una ilusión.
Sin pretender ahondar en el cuerpo filosófico del postmodernismo baudrillardiano expondremos los elementos necesarios para desarrollar nuestra crítica a la circunstancia que se vive hoy día respecto a la Economía, y no únicamente atenderemos a la teoría económica, algunas de sus leyes, sus modelos y métodos, sino que lo más importante es que la realidad, supuestamente construida por todos nosotros, de la Economía actual tiene un efecto con un alcance que va más allá de lo que creemos. Hoy día la Economía ha dejado de ser una realidad para constituirse en una hiperrealidad.
Expone Baudrillard que los simulacros pueden agruparse en tres ordenes o categorías:
– La copia imperfecta del objeto real, donde el observador podría distinguir claramente la diferencia entre ellos y obrar en consecuencia respecto a lo que se le propone. Cabría aquí hacer mención de la diferencia otorgada entre imitación y simulacro. El simulacro es fingir lo que no es, es una producción de algo que suplanta a lo verdadero, en este caso la lógica alternativa de lo verdadero y lo falso está amenazada. El momento crucial, el salto al simulacro, se da en la transición desde unos signos que disimulan algo a unos signos que disimulan que no hay nada.
– La copia mimética y exacta del objeto real, donde es prácticamente indistinguible el uno del otro. Éste es el mundo de las posibilidades; si debemos atenernos al ámbito de la producción material podríamos sugerir con un ejemplo, más o menos metafórico, como le gustaba a Baudrillard, que la industria de producción en serie es capaz de crear miles y millones de productos perfectamente iguales al prototipo creado por el diseño industrial. La lógica de mercado consumista permite la obtención exacta de todos los productos para cualquier ciudadano. Dentro del esquema empresarial norteamericano de comienzos del s.XX éste era el método más eficaz para la homogeneización social. En el discurso pronunciado por Woodrow Wilson en 1916 al amparo del Primer Congreso Mundial del Arte de Vender se ofrecía abiertamente la receta de paz que tanto necesitaba la Europa en guerra. La diferencia realmente existente en la cultura burguesa europea se basaba en los gustos y las costumbres diarias, cuando todos los ciudadanos adquiriesen los mismos objetos clonados, cuando todos los ciudadanos tuviesen los mismos gustos, cuando todos los ciudadanos hiciesen lo mismo día a día, la lucha de clases, la diferenciación social, la ambición mundana, etc. no tendría ya sentido, nadie querría ya pelearse con su vecino porque sería conceptualmente igual a él, la pretensión homogeneizadora de los individuos no estaba tan alejada de las ideas igualitarias del comunismo incipiente en aquella época, cuestión totalmente radical son los medios para conseguirlo. El empresariado norteamericano tenía el reto de modificar el decadente sistema social europeo y Wilson les animó a ello. Desde entonces el desembarco del Imperio ha sido constante en todos los rincones del planeta. Desde entonces, por su perspectiva y alcance, el arte de vender y el arte de gobernar están estrechamente vinculados hasta nuestros días. |
"El dinero fiduciario, el hiperdinero, es el simulacro perfecto que crea la imagen del verdadero dinero a su antojo"
"Cuando el ideal se convierte en realidad hemos alcanzado la hiperrealidad"
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Esta clonación de la realidad, esta indiferenciación absoluta en que vivimos diariamente los comunes de los mortales, supone una alienación masiva donde los disidentes del sistema son vistos como elementos subversivos, peligrosos antisistema, incluso por sus propios semejantes... en todos los rincones de la sociedad. Ya no queda posibilidad para la insumisión, cuanto más lejos se extiende el simulacro perfecto menos espacio queda para la diferenciación. La única diferencia posible queda en manos de la semiótica, la diferenzia propuesta por Jacques Derrida, y su deconstrucción del signo y la palabra, para subvertir semánticamente el mundo de signos en el que vivimos. Su teoría del contorno nos pone sobre la pista de lo que nos espera. Ya no existe un dentro o fuera, un comienzo o un final, todo depende de cualquier cosa y de su completa red de interrelaciones sin obedecer a ningún tipo de prioridad. Dentro de éste mundo postmoderno y clonado se despliega, por tanto, a la perfección el ideal de la física einsteniana donde no existe ya un sistema de referencia absoluto, todo es relativo y depende del sistema de referencia en el que se instale el observador. Existe, como vemos, una relación entre el salto cuantitativo y el salto cualitativo, y va a suponer un escalón previo en el mundo de los simulacros perfectos.
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– La hiperrealidad va a suponer el paradigma último de estas imposturas simuladas. La precesión de los simulacros termina con la copia creada antes que la propia realidad. El crimen perfecto para Baudrillard es la conclusión, lo acabado, la sustanciación del mundo imaginario, de la ilusión, en la realidad construida suplantando lo real. La fuerza del mundo imaginario radica en su poder de seducción que funciona como un camino simbólico donde las formas pierden su valor y sólo conservan su significado. Es la seducción de la idealidad, que es una representación a modo de espectáculo necesitada de un espectador cómplice. Cuando la sociedad busca realizar la realidad, producirla según su ideal, se rompe el espectáculo, ya no hay escenario, no existe distancia entre el observador y lo visible, es la obscenidad, una suerte de voyeurismo por la supuesta verdad donde no es necesaria la representación, los arquetipos se sustancian, los signos pierden su valor y se trastocan los significados de las formas, todo es hiperreal.
En esta circunstancia estamos sometidos a un éxtasis experiencial que satura el Yo, pierde sus referencias, se desquicia, se enfrenta a un mundo multifrénico que lo mantiene desarmado, todo está ya muy cerca, no hay barreras para la ilusión, ya no es necesaria la lectura o interpretación de los símbolos, todo se presenta de manera instantánea de forma que se destruye su capacidad de pensamiento abstracto, de construcción de la realidad, ésta ya se le presenta realizada, sólo se busca la participación irreflexiva como público ante lo que se le presenta. Ya nadie quiere ver una teleserie donde unos actores representan una escena, ¿para qué vamos a ver a unos desconocidos interpretando si podemos conocer su vida en tiempo real en un reality show? |
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En este orden de cosas es fácil entender que el hiperdinero haya suplantado al dinero real, es un simulacro perfecto y último del verdadero dinero, del dinero asociado a la Economía. Ya no es un dinero al servicio de la Economía, es la Economía al servicio del hiperdinero.
No dejamos de observar multitud de críticas realizadas al supuesto capitalismo, pero pocas observan que en realidad se trata también de un hipercapitalismo (alguno quizás gusta de denominarlo ultra), culpando de su esencia a los males económicos que nos aflijen en la actualidad. Muchos lo achacan en última instancia a la propia existencia del dinero. Sin embargo, hay que entender según hemos expuesto la diferencia entre dinero e hiperdinero.
Debemos atender a los fundamentos básicos que muchos aún parecen no recordar. El dinero simplemente es un método de cambio, supone una herramienta para la transacción económica evitando el trueque de bienes o servicios y facilitando con su abstracción la interrelación y desarrollo económico. El dinero adquiere por tanto un valor intrínseco como poder de compra o intercambio pero no hay que olvidar que es únicamente un medio, no el fin de la Economía. El dinero no se come, no sirve para hacerte un techo, no se planta, no te transporta de un sitio a otro. ¿Qué mantiene la confianza de los agentes económicos (nosotros mismos) en el valor del dinero como método de cambio? Se mantiene por la existencia de un propio valor. Desde la antigüedad el hombre ha elegido un elemento escaso y valioso para servir de vehículo a la abstracción del dinero: el oro. La acuñación de moneda era únicamente anecdótica, los soberanos, los grupos de poder, las instituciones estampaban su efigie
con el único fin de darse propaganda dentro del ámbito de utilización de este oro-moneda.
Debemos atender a los fundamentos básicos que muchos aún parecen no recordar. El dinero simplemente es un método de cambio, supone una herramienta para la transacción económica evitando el trueque de bienes o servicios y facilitando con su abstracción la interrelación y desarrollo económico. El dinero adquiere por tanto un valor intrínseco como poder de compra o intercambio pero no hay que olvidar que es únicamente un medio, no el fin de la Economía. El dinero no se come, no sirve para hacerte un techo, no se planta, no te transporta de un sitio a otro. ¿Qué mantiene la confianza de los agentes económicos (nosotros mismos) en el valor del dinero como método de cambio? Se mantiene por la existencia de un propio valor. Desde la antigüedad el hombre ha elegido un elemento escaso y valioso para servir de vehículo a la abstracción del dinero: el oro. La acuñación de moneda era únicamente anecdótica, los soberanos, los grupos de poder, las instituciones estampaban su efigie
con el único fin de darse propaganda dentro del ámbito de utilización de este oro-moneda.
Durante la prehistoria reciente otros materiales valiosos han servido a los mismos fines. Las conocidas planchas de cobre o bronce con forma de piel animal funcionaban como método de intercambio como ha podido comprobarse en los estudios arqueológicos, especialmente en los pecios del Mediterráneo oriental. En el denominado Bronce Atlántico llegaron a funcionar como moneda incluso utensilios manufacturados como las pequeñas hachas de cubo (hache á douille) en la región armoricana y el sudeste británico.
Entonces, la moneda como abstracción se introduce como una herramienta, un elemento que podríamos llamar complementario, al servicio de la verdadera Economía, la que podemos ver cada día, la producción de bienes y servicios. Sin embargo, la moneda como realidad no sólo opera como método de cambio sino que también posee un valor intrínseco, de otro modo no tendría posibilidad de mantener la confianza que depositan en su uso los diferentes agentes económicos. |
La creciente complejidad de la Economía se ha puesto de manifiesto a lo largo de la Historia através del desarrollo de conceptos más abstractos que pretenden dar respuesta a las necesidades y ambiciones económicas de las personas. De la utilización del dinero-mercancía pasamos al dinero-
papel que empezó a extenderse a lo largo de la Edad Moderna, los banqueros emitían su dinero- papel amparado no en el valor de la unidad monetaria, que valía lo mismo que el papel en que se imprimía, sino en la confianza que sus clientes tenían en la institución. Se suponía que el banco poseía unos depósitos de dinero-mercancía con los que respaldaba la emisión del dinero-papel, y que sus clientes podrían convertirlo en caso de necesidad. De esta manera se evitaba el engorro de llevar grandes cantidades de moneda con el peligro que entraña en caso de robo.
Sin embargo, la emisión de este dinero-papel no siempre –o sería más ajustado a la verdad decir, casi nunca–, se atenía a una actuación limpia y sincera. Los bancos emitían más dinero-papel del que podían responder. A su vez ofrecían créditos através de puras anotaciones contables lo que iba a producir un dinero bancario extra al verdadero dinero-mercancía ya existente.
De esta manera se pusieron las bases para la creación de una suerte de dinero que cada vez estaba más desligado de la verdadera Economía productiva y obedecía únicamente al negocio bancario totalmente especulativo. Las autoridades competentes nunca han sabido ofrecer una respuesta eficaz para frenar esta manipulación y alteración del primigenio concepto del dinero, aunque debemos decir que en la mayoría de las veces lo han favorecido como método para conseguir parte de sus intereses. Este dinero extra, este nuevo control de un elemento clave para la Economía ha sido el vehículo perfecto para las ambiciones de monarcas y Estados. Durante muchos decenios los estudiosos y economistas no terminaron de conocer los entresijos y el funcionamiento correcto de cómo operaba este dinero en la Economía, incluso los propios banqueros no eran conscientes de sus últimas consecuencias, lo único que se conocía es que era algo portentoso porque permitía aumentar las ganancias de forma espectacular. Para los gobernantes suponía también un respiro pues debían estar menos preocupados por sus desmanes contables ya que la Banca podía echarles una mano en caso último de necesidad; cosa que ha venido ocurriendo con demasiada frecuencia. Tanto es así que hoy todos los estados nacionales son emisores de Deuda Pública, en la mayoría de los casos de manera totalmente irresponsable, fraudulenta y delictiva.
Los mecanismos y métodos del paso desde el dinero-mercancía hasta el dinero-papel y su extensión del dinero bancario, así como el funcionamiento del actual sistema financiero han sido perfectamente explicados desde hace tiempo por la Escuela Austríaca, y numerosos investigadores, como el anarcocapitalista español Jesús Huerta Soto, ponen de manifiesto la naturaleza fraudulenta de este Sistema. No vamos a ahondar en este importantísimo tema porque supone una gran tarea y requeriría demasiados tecnicismos económicos y financieros; remitimos al lector a los enlaces finales para ampliar su conocimiento sobre este particular.
Baste, sin embargo, decir que la relación del dinero con la Economía real quedó rota desde hace tiempo, rematada finalmente tras la abolición del Patrón Oro y los acuerdos de Bretton Woods. Si bien el dinero servía a la Economía, es ahora la Economía la que sirve al dinero. Un dinero denominado fiduciario que únicamente tiene respaldo en la obligatoriedad impuesta a los ciudadanos para su uso. Nuevamente es el Estado el que se arroga la posibilidad de emisión de dinero, es quién privilegia a la Banca con la facultad de construir dinero extra, quién despenaliza el Delito de Apropiación Indebida en el caso de que quién se apropie del dinero sea un banco según los métodos “legalmente establecidos”. La absoluta manipulación del dinero fiduciario en manos de unas autoridades nacionales, cuando no supranacionales, ha permitido pasar de conocer los métodos y funcionamiento de la Economía ha poder manejar al antojo la Economía. Cuando el ideal se convierte en realidad hemos alcanzado la hiperrealidad.
El dinero fiduciario, el hiperdinero, es el simulacro perfecto que crea la imagen del verdadero dinero a su antojo. El dinero fiduciario, al igual que otras hiperrealidades es instantáneo, ya no existe distancia entre el espectador (agente económico) y la representación (la Economía), es la obscenidad baudrillardiana, una realización de ideales que pone al alcance de nuestra mano el consumo casi instantáneo de productos que nos parecían inalcanzables, hipotecas, préstamos personales, etc. El dinero se crea o destruye según mandato del Poder, se realiza de manera instantánea y se transmite también instantáneamente de un rincón a otro del planeta mediante las transacciones realizadas en los ordenadores de los bancos. El dinero fiduciario es ya un dinero virtual, gran parte del dinero existente sólo son 0's y 1's en los sistemas informáticos, se estima que sólo un 10% corresponde al dinero legal mediante la acuñación en monedas e impresión de billetes. Los grandes agentes económicos están cada vez menos interesados en la Economía real, su foco principal de acción está en los mercados monetarios y de productos financieros. Únicamente cuando el chiringuito del Sistema se viene abajo las ratas salen del barco para refugiarse en los mercados de bienes materiales u otros productivos. La especulación ha sido un subproducto de la Economía productiva hasta que ahora es la propia Economía productiva la que está al servicio y al antojo de la especulación.
papel que empezó a extenderse a lo largo de la Edad Moderna, los banqueros emitían su dinero- papel amparado no en el valor de la unidad monetaria, que valía lo mismo que el papel en que se imprimía, sino en la confianza que sus clientes tenían en la institución. Se suponía que el banco poseía unos depósitos de dinero-mercancía con los que respaldaba la emisión del dinero-papel, y que sus clientes podrían convertirlo en caso de necesidad. De esta manera se evitaba el engorro de llevar grandes cantidades de moneda con el peligro que entraña en caso de robo.
Sin embargo, la emisión de este dinero-papel no siempre –o sería más ajustado a la verdad decir, casi nunca–, se atenía a una actuación limpia y sincera. Los bancos emitían más dinero-papel del que podían responder. A su vez ofrecían créditos através de puras anotaciones contables lo que iba a producir un dinero bancario extra al verdadero dinero-mercancía ya existente.
De esta manera se pusieron las bases para la creación de una suerte de dinero que cada vez estaba más desligado de la verdadera Economía productiva y obedecía únicamente al negocio bancario totalmente especulativo. Las autoridades competentes nunca han sabido ofrecer una respuesta eficaz para frenar esta manipulación y alteración del primigenio concepto del dinero, aunque debemos decir que en la mayoría de las veces lo han favorecido como método para conseguir parte de sus intereses. Este dinero extra, este nuevo control de un elemento clave para la Economía ha sido el vehículo perfecto para las ambiciones de monarcas y Estados. Durante muchos decenios los estudiosos y economistas no terminaron de conocer los entresijos y el funcionamiento correcto de cómo operaba este dinero en la Economía, incluso los propios banqueros no eran conscientes de sus últimas consecuencias, lo único que se conocía es que era algo portentoso porque permitía aumentar las ganancias de forma espectacular. Para los gobernantes suponía también un respiro pues debían estar menos preocupados por sus desmanes contables ya que la Banca podía echarles una mano en caso último de necesidad; cosa que ha venido ocurriendo con demasiada frecuencia. Tanto es así que hoy todos los estados nacionales son emisores de Deuda Pública, en la mayoría de los casos de manera totalmente irresponsable, fraudulenta y delictiva.
Los mecanismos y métodos del paso desde el dinero-mercancía hasta el dinero-papel y su extensión del dinero bancario, así como el funcionamiento del actual sistema financiero han sido perfectamente explicados desde hace tiempo por la Escuela Austríaca, y numerosos investigadores, como el anarcocapitalista español Jesús Huerta Soto, ponen de manifiesto la naturaleza fraudulenta de este Sistema. No vamos a ahondar en este importantísimo tema porque supone una gran tarea y requeriría demasiados tecnicismos económicos y financieros; remitimos al lector a los enlaces finales para ampliar su conocimiento sobre este particular.
Baste, sin embargo, decir que la relación del dinero con la Economía real quedó rota desde hace tiempo, rematada finalmente tras la abolición del Patrón Oro y los acuerdos de Bretton Woods. Si bien el dinero servía a la Economía, es ahora la Economía la que sirve al dinero. Un dinero denominado fiduciario que únicamente tiene respaldo en la obligatoriedad impuesta a los ciudadanos para su uso. Nuevamente es el Estado el que se arroga la posibilidad de emisión de dinero, es quién privilegia a la Banca con la facultad de construir dinero extra, quién despenaliza el Delito de Apropiación Indebida en el caso de que quién se apropie del dinero sea un banco según los métodos “legalmente establecidos”. La absoluta manipulación del dinero fiduciario en manos de unas autoridades nacionales, cuando no supranacionales, ha permitido pasar de conocer los métodos y funcionamiento de la Economía ha poder manejar al antojo la Economía. Cuando el ideal se convierte en realidad hemos alcanzado la hiperrealidad.
El dinero fiduciario, el hiperdinero, es el simulacro perfecto que crea la imagen del verdadero dinero a su antojo. El dinero fiduciario, al igual que otras hiperrealidades es instantáneo, ya no existe distancia entre el espectador (agente económico) y la representación (la Economía), es la obscenidad baudrillardiana, una realización de ideales que pone al alcance de nuestra mano el consumo casi instantáneo de productos que nos parecían inalcanzables, hipotecas, préstamos personales, etc. El dinero se crea o destruye según mandato del Poder, se realiza de manera instantánea y se transmite también instantáneamente de un rincón a otro del planeta mediante las transacciones realizadas en los ordenadores de los bancos. El dinero fiduciario es ya un dinero virtual, gran parte del dinero existente sólo son 0's y 1's en los sistemas informáticos, se estima que sólo un 10% corresponde al dinero legal mediante la acuñación en monedas e impresión de billetes. Los grandes agentes económicos están cada vez menos interesados en la Economía real, su foco principal de acción está en los mercados monetarios y de productos financieros. Únicamente cuando el chiringuito del Sistema se viene abajo las ratas salen del barco para refugiarse en los mercados de bienes materiales u otros productivos. La especulación ha sido un subproducto de la Economía productiva hasta que ahora es la propia Economía productiva la que está al servicio y al antojo de la especulación.
Podemos poner como ejemplo paradigmático la evolución enfermiza acaecida en el mercado secundario de seguros y reaseguros (credit defaults) en los EE.UU. en el último decenio coincidiendo con una época de máxima expansión crediticia, es decir, creación de enormes cantidades de dinero fiduciario. Esto a su vez corresponde con el momento de la derogación de la importantísima Banking Act, o Ley Glass-Steagall, que tan necesaria ha sido durante casi 70 años para regular el funcionamiento del Sistema financiero desde el Crack del '29.
Según el gráfico editado por The New York Times podemos observar que la hipertrofia del mercado de CD's es tal que llega a superar con creces los mercados de productos a los que supuestamente debía cubrir. Como se suele decir en nuestra tierra: “vale más el collar que el perro”.
En parte este es el origen de la crisis financiera actual. La Economía especulativa ha arrastrado a la Economía real a una crisis sin precedentes. Es tal el poder de la hiperrealidad que todos tenemos ya asumido que 'la Economía es así' cuando en realidad la Economía nunca ha sido así. Las grandes masas de dinero fiduciario, que están en manos de los que manejan grandes capitales, son invertidas en esta suerte de Economía especulativa, la hiperrealidad de la Economía se cobra su pieza transformando y alterando sustancialmente de manera irrecuperable la Economía real. Se estima que los Fondos de Inversión y demás productos financieros de este tipo, demandan a una media del 5% la mitad del PIB mundial en productos como ganancia. De esta manera se está sustrayendo el valor real de la Economía productiva y se está transvasando a una Economía virtual, totalmente especulativa, que en definitiva su consecuencia última es la de 'robar' el valor de los bienes y productos reales. Quién hoy domine esta Economía virtual dominará la Economía productiva. Y ya sabemos en manos de quién cae este control y regulación del Sistema financiero mundial. Los gobiernos nacionales están dejando paso cada vez más a acuerdos internacionales e instituciones supranacionales. Instancias que cada vez están más alejadas del ciudadano actual, la gran mayoría de ellas son completamente innaccesibles y su ingreso se realiza únicamente a través de grupos de Poder con un carácter y un funcionamiento prácticamente mafioso.
Esta situación de desproporción entre el Sistema financiero que controla la Economía virtual y la verdadera Economía productiva más cercana y palpable para el ciudadano, está creando grandes tensiones sociales y un enorme estrés personal. Nos remitimos a nuestro anterior artículo acerca de la suplantación del Estado sobre la esfera social de los individuos, en este caso económica, y la tragedia que supone esta circunstancia, y recalcamos una vez más la naturaleza corrupta y perniciosa de todas estas organizaciones y construcciones deshumanizadas.
Hoy día ninguna acción importante dentro de la Economía productiva tendrá lugar sin respaldo del Sistema financiero, es más, en caso de suponer el más mínimo peligro que pudiese alterar el funcionamiento de éste será abortada destruyéndola por completo. La ausencia de financiación, la compra de sus aparatos productivos, la estrangulación y asfixia económica por infinidad de medios es una herramienta que está siendo utilizada una y otra vez para tumbar importantes proyectos económicos que no favorecen a los grandes capitales que operan por y gracias al Sistema financiero actual.
El hiperdinero se nos ofrece como algo tentador al ciudadano, es muy sugerente, hay dinero fácil a la vuelta de la esquina y se nos hace creer que sin él la economía se estancaría y supondría el colapso de la civilización. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que el sistema económico se encuentra ya alterado de tal manera que revertirlo supondrán un grave impacto. La Economía está absolutamente recalentada tal y como se expresan los economistas. Todos los métodos de control y manipulación monetaria suponen una vuelta de tuerca en este recalentamiento, y las medidas que se ofrecen para solucionarlo son únicamente una desaceleración para que no se produzca un burning out definitivo. La actual crisis financiera que están sufriendo los países periféricos europeos, los denominados PIGS, pretende ser solucionada rebajando el calentamiento através de unas vías que no son las que generan este calentamiento. Muchos creemos que la solución verdadera pasa por eliminar los elementos que producen el calentamiento, esto es, el hiperdinero. Se pretenden rebajar los gastos sociales, los sueldos de los funcionarios, las pagas de las pensiones, servicios sociales como la sanidad, el transporte, las comunicaciones, inversiones públicas, etc. a la misma vez que aumenta la recaudación de impuestos y todo ello en presencia del mayor elemento generador de calentamiento, las inyecciones crediticias, un aumento espectacular de la masa dineraria que produce una inflación opresiva para las economías de sus ciudadanos. Productos y servicios más caros con un poder adquisitivo paupérrimo.
La ilusión del dinero fácil, la materialización de este mundo imaginario de la Economía hiperreal no sólo queda en el ámbito personal, aunque sea colectivo, sino que está también muy presente en el fondo de la astronómica Deuda Pública en la que cada día más los gobernantes hunden a sus países de manera criminal e irresponsable. El endeudamiento permanente es otra realidad ficticia, es un simulacro de los deseos de todos por conseguir una Economía a nuestro gusto y antojo, por una hiperrealidad económica que, sin embargo, está deshaciendo en pedazos todos los fundamentos y los elementos constituyentes de la Economía real.
Una vez más tenemos que preguntarnos a quién favorece esta situación. Cada vez que se nos pone por delante la realización de nuestros sueños mediante créditos fáciles, dinero creado de la nada sin un sustento suficiente en una Economía real capaz de hacer de soporte a tal cantidad de dinero fiduciario, estamos creando el crímen perfecto, estamos dejándonos seducir por una hiperrealidad completamente obscena. Aunque creamos que somos los beneficiados en realidad estamos viviendo la ilusión de otros, no la nuestra, somos ciudadanos pululando dentro de un Sistema en el que aún no hemos encontrado sus fisuras, pero que están ahí y se hacen visibles con la desnaturalización de nuestro modo de vida económico que cada vez queda más alejado de nosotros. Vivimos en un Matrix económico, una Economía que parece muy real, pero es un sueño y aún estamos por despertar. Por algo los hermanos Wachoswki pretendieron involucrar a Jean Baudrillard en la realización de su película.
El hiperdinero se nos ofrece como algo tentador al ciudadano, es muy sugerente, hay dinero fácil a la vuelta de la esquina y se nos hace creer que sin él la economía se estancaría y supondría el colapso de la civilización. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que el sistema económico se encuentra ya alterado de tal manera que revertirlo supondrán un grave impacto. La Economía está absolutamente recalentada tal y como se expresan los economistas. Todos los métodos de control y manipulación monetaria suponen una vuelta de tuerca en este recalentamiento, y las medidas que se ofrecen para solucionarlo son únicamente una desaceleración para que no se produzca un burning out definitivo. La actual crisis financiera que están sufriendo los países periféricos europeos, los denominados PIGS, pretende ser solucionada rebajando el calentamiento através de unas vías que no son las que generan este calentamiento. Muchos creemos que la solución verdadera pasa por eliminar los elementos que producen el calentamiento, esto es, el hiperdinero. Se pretenden rebajar los gastos sociales, los sueldos de los funcionarios, las pagas de las pensiones, servicios sociales como la sanidad, el transporte, las comunicaciones, inversiones públicas, etc. a la misma vez que aumenta la recaudación de impuestos y todo ello en presencia del mayor elemento generador de calentamiento, las inyecciones crediticias, un aumento espectacular de la masa dineraria que produce una inflación opresiva para las economías de sus ciudadanos. Productos y servicios más caros con un poder adquisitivo paupérrimo.
La ilusión del dinero fácil, la materialización de este mundo imaginario de la Economía hiperreal no sólo queda en el ámbito personal, aunque sea colectivo, sino que está también muy presente en el fondo de la astronómica Deuda Pública en la que cada día más los gobernantes hunden a sus países de manera criminal e irresponsable. El endeudamiento permanente es otra realidad ficticia, es un simulacro de los deseos de todos por conseguir una Economía a nuestro gusto y antojo, por una hiperrealidad económica que, sin embargo, está deshaciendo en pedazos todos los fundamentos y los elementos constituyentes de la Economía real.
Una vez más tenemos que preguntarnos a quién favorece esta situación. Cada vez que se nos pone por delante la realización de nuestros sueños mediante créditos fáciles, dinero creado de la nada sin un sustento suficiente en una Economía real capaz de hacer de soporte a tal cantidad de dinero fiduciario, estamos creando el crímen perfecto, estamos dejándonos seducir por una hiperrealidad completamente obscena. Aunque creamos que somos los beneficiados en realidad estamos viviendo la ilusión de otros, no la nuestra, somos ciudadanos pululando dentro de un Sistema en el que aún no hemos encontrado sus fisuras, pero que están ahí y se hacen visibles con la desnaturalización de nuestro modo de vida económico que cada vez queda más alejado de nosotros. Vivimos en un Matrix económico, una Economía que parece muy real, pero es un sueño y aún estamos por despertar. Por algo los hermanos Wachoswki pretendieron involucrar a Jean Baudrillard en la realización de su película.
¿Tú qué pastilla eliges, la roja o la azul? Pero recuerda, lo único que se te ofrece es la verdad, nada más. Nadie dice que lo que veas sea de tu agrado, incluso podría no gustar a la gran mayoría. La hiperrealidad siempre luce mucho mejor.
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