
por Tete Llorens para La Independiente Digital
En cuestión de unos pocos años, la humanidad está viviendo un supuesto proceso de “despertar”, proceso en el cuál el individuo empieza a ser consciente de muchas cosas que antes obviaba, pasa de estar cómodo en su mundo a sentirse incómodo debido al conocimiento progresivo de injusticias y hechos que le son imposibles de aceptar y/o tolerar, la mayoria de ellas provenientes del poder que antes creia un padre bondadoso y ahora ve como el culpable de su opresión y sometimiento. Al inicio decía “supuesto”, porque si damos un paso atrás y nos separamos del torbellino de la inercia que esto provoca, veremos muchas lagunas en dicho proceso.
Una observación que podemos hacer, es darnos cuenta, que este despertar, dista mucho de ser algo personal e individual, es absurdo creer que ahora el ser humano está despertando, cuándo este despertar está inducido por provocaciones a través de los medios al mostrar todo tipo de injusticias y situaciones y casos límite para precisamente provocar esa reacción y hacer creer al individuo que está despertando de su sueño y viendo la realidad. Con esto no niego el despertar individual de aquellas personas, que más allá de la corriente siempre han visto, o intuido vivir en una mentira, un teatro, una obra que tras la cortina oculta una realidad muy distinta, simplemente invito a la reflexión sobre este fenómeno que provoca al ser humano creerse en un camino de desprendimiento propio para ver que es algo totalmente inducido y diseñado.
En cuestión de unos pocos años, la humanidad está viviendo un supuesto proceso de “despertar”, proceso en el cuál el individuo empieza a ser consciente de muchas cosas que antes obviaba, pasa de estar cómodo en su mundo a sentirse incómodo debido al conocimiento progresivo de injusticias y hechos que le son imposibles de aceptar y/o tolerar, la mayoria de ellas provenientes del poder que antes creia un padre bondadoso y ahora ve como el culpable de su opresión y sometimiento. Al inicio decía “supuesto”, porque si damos un paso atrás y nos separamos del torbellino de la inercia que esto provoca, veremos muchas lagunas en dicho proceso.
Una observación que podemos hacer, es darnos cuenta, que este despertar, dista mucho de ser algo personal e individual, es absurdo creer que ahora el ser humano está despertando, cuándo este despertar está inducido por provocaciones a través de los medios al mostrar todo tipo de injusticias y situaciones y casos límite para precisamente provocar esa reacción y hacer creer al individuo que está despertando de su sueño y viendo la realidad. Con esto no niego el despertar individual de aquellas personas, que más allá de la corriente siempre han visto, o intuido vivir en una mentira, un teatro, una obra que tras la cortina oculta una realidad muy distinta, simplemente invito a la reflexión sobre este fenómeno que provoca al ser humano creerse en un camino de desprendimiento propio para ver que es algo totalmente inducido y diseñado.
¿Por que motivo el mismo poder que ha creado la ilusión pondría tanto empeño en enseñarle a su masa servil durmiente la trampa de su montaje? ¿A caso se cree que esto ocurre porque ciertos medios fuera de los tentáculos del poder luchan por sacar a la luz la mentira? ¿Porque ahora? ¿Cómo es posible creer en un dominio mundial de una élite todopoderosa y que al mismo tiempo ésta permita que facciones contrarias les desmonten el tinglado contando verdades a gritos? ¿Cómo ser consecuente con ese sentimiento de vivir en un teatro en el que nos esclavizan ocultándonos la realidad sin caer en la inducción que el poder ejerce hacia su própio beneficio y fortalecimiento? ¿Cómo identificar si vivimos un proceso propio y honesto o si estamos siendo guiados?
LA PRISIÓN
El sistema que dirige este mundo, es como una institución penitenciaria, se han hecho muchas metáforas respecto al escenario de cartón que en principio es la realidad que vivimos : Matrix, teatro, película, ilusión, etc ... pero muchas veces el inmiscuirnos en esos caminos y diserciones provoca que nos perdamos en el juego de los conceptos, palabras y percepciones, para olvidarnos de la observación simple e independiente del mundo que habitamos. Por un lado son millones de personas que dicen vivir en una matriz irreal creada para mantenernos esclavos y a su vez continuan su vida como si nada, limitándose a protestar o a manifestarse. ¿Que sentido tiene esa actitud? Por un lado decimos que somos esclavos, y por otro nos limitamos a seguir igual, sólo que nos quejamos de esa situación... ¿No es realmente absurdo? ¿Qué sentido tiene aceptar que eres un esclavo y afirmar cosas tan inmensas para la mente humana y aún así continuar igual por mucho que le protestes a los directores de la cárcel?
LA PRISIÓN
El sistema que dirige este mundo, es como una institución penitenciaria, se han hecho muchas metáforas respecto al escenario de cartón que en principio es la realidad que vivimos : Matrix, teatro, película, ilusión, etc ... pero muchas veces el inmiscuirnos en esos caminos y diserciones provoca que nos perdamos en el juego de los conceptos, palabras y percepciones, para olvidarnos de la observación simple e independiente del mundo que habitamos. Por un lado son millones de personas que dicen vivir en una matriz irreal creada para mantenernos esclavos y a su vez continuan su vida como si nada, limitándose a protestar o a manifestarse. ¿Que sentido tiene esa actitud? Por un lado decimos que somos esclavos, y por otro nos limitamos a seguir igual, sólo que nos quejamos de esa situación... ¿No es realmente absurdo? ¿Qué sentido tiene aceptar que eres un esclavo y afirmar cosas tan inmensas para la mente humana y aún así continuar igual por mucho que le protestes a los directores de la cárcel?
Esta prisión en la que habitamos centraliza su efectividad en su sutileza, en su aparente inexistencia de muros, en hacernos creer en nuestra libertad de movimientos, pero esa libertad únicamente existe, y en contadas ocasiones, siempre que esos movimientos sean dentro de las paredes de la cárcel, lo cuál es lo mismo que afirmar que tal libertad no existe. Un hecho que explica esto y que puede ser de gran ayuda para entender la libertad disponible para el ser humano, es el vivido por una familia inglesa, una pareja con dos hijos, que teniendo un terreno de propiedad, se independizó del Estado, llevando una existéncia autosuficiente, con la posterior acción del gobierno obligándoles a volver al sistema y colaborar con sus impuestos y contribuciones, negándoles la opción de vivir fuera del sistema, o sea, fuera de la prisión, y enfrentándose a una pena de cárcel en caso de no colaboración. Familia británica podria ir a la carcel por volverse autosustenable e independiente del gobierno. Esa es la realidad, tu eres libre, pero libre de ser preso en la prisión mundial, y dentro de sus dominios te darán todo aquello que necesites para no querer salir de ella, y si sales, tarea nada fácil y más que peligrosa, y consigues vivir de manera independiente al Estado dirigente sin ser un marginado, (situación que fortalece a la prisión ya que muestra a los demás presos que se está mejor dentro que fuera), no lo dudes, te vendrán a buscar para volverte a meter sin más razones que la autoridad, o con razones aún más absurdas que sólo un preso amante de su celda puede aceptar.
LA FUGA Y EL AISLAMIENTO COMO PRECIO A PAGAR
Fugarse de la prisión no es tarea fácil. Requiere de una reflexión, planificación, y sacrificios tanto mentales como físicos. Todos conocemos el síntoma de aquel hombre que lleva la mayor parte de su vida dentro de la cárcel (nosotros nacemos en ella), y al cumplir condena y salir, los límites de la prisión hacia fuera se convierten en su verdadera cárcel, está tan hecho a la vida dentro de sus paredes que no concibe la posibilidad de su existéncia más allá de ella. Al igual que aquel animal, que criado en cautividad, un dia su cuidador decide dejarle libre, y éste, nacido, criado y educado en un espacio confinado, no quiere salir, ante el desconocimiento, la comodidad y el miedo a abandonar lo que siempre ha sido "su vida". Estas situaciones son una metáfora muy acertada para entender el porqué de tan pocas fugas de la prisión de nuestro sistema.
Fugarse de la prisión no es tarea fácil. Requiere de una reflexión, planificación, y sacrificios tanto mentales como físicos. Todos conocemos el síntoma de aquel hombre que lleva la mayor parte de su vida dentro de la cárcel (nosotros nacemos en ella), y al cumplir condena y salir, los límites de la prisión hacia fuera se convierten en su verdadera cárcel, está tan hecho a la vida dentro de sus paredes que no concibe la posibilidad de su existéncia más allá de ella. Al igual que aquel animal, que criado en cautividad, un dia su cuidador decide dejarle libre, y éste, nacido, criado y educado en un espacio confinado, no quiere salir, ante el desconocimiento, la comodidad y el miedo a abandonar lo que siempre ha sido "su vida". Estas situaciones son una metáfora muy acertada para entender el porqué de tan pocas fugas de la prisión de nuestro sistema.
Fugarse de la prisión también conlleva una série de interacciones con los otros presos, y un precio a pagar si se decide llevarla a cabo. Cuándo un preso, de manera individual decide escapar, los demás presos, que no quieren fugarse intenterán convencerle que no es buena idea, le explicarán todas las razones que tiene para no irse, desde los beneficios de estar encerrado, y los contras de salir al exterior, a los miedos y peligros de querer salir, ese punto es crucial, ya que éste es el arma más efectiva de los dirigentes de la prisión, la fuerza que ejercen los otros presos en la mente de aquel que desea fugarse.
Si un preso finalmente lleva a cabo su fuga, superando las tentativas del resto de presos por disuadirle, se enfrentará a otra situación, muy sabida por los dirigentes, y a su vez utilizada, diseñada y muy tenida en cuenta por el Estado. La libertad empieza por uno mismo, en tu mente, en tu autopercepción, en tu cosmovisión y relación de la parte con el todo, pero no olvidemos que el ser humano está hecho para vivir en sociedad y convivencia, por lo tanto, si un preso escapa de la prisión, estará siendo honesto y consecuente, pero a su vez no le estará haciendo ningún daño a la institución, ya que esta podrá seguir funcionando en su ausencia, y si pensamos: "yo soy libre, si los demás se quieren quedar dentro, allá ellos" estamos de alguna manera también traicionando a nuestra naturaleza humana y fortaleciendo la máxima del poder MIRA POR TI, QUE NADIE MÁS LO HARÁ. Esa situación en la que el preso fugado se encuentra, la conocen my bien los directores de la cárcel, y es junto a la presión de los presos sobre el fugado, un arma principal en su funcionamiento. Así pues, aquel que se fugue de la prisión, habrá conseguido liberarse de sus ataduras y vivir honestamente, pero.... aislado. Aislado, ya sea porque está solo literalmente, o porque, aún viviendo en una pequeña comunidad, esta sufrirá la opresión del sistema penitenciario dominante, y a nivel global, el mundo seguirá dirigido por la prisión.
Una prisión sólamente puede funcionar con presos, son su motor, una cárcel vacía es un edificio inútil, o se derruye o se habilita para otra función. Por lo tanto, mientras existan suficientes presos para que la cárcel continue su actividad, la vida fuera de ella será marginal ya que su simple existéncia provoca que cualquier sistema fuera de ella sea minoritario, y a su vez, el ser humano que escape, está aceptando que él es libre, pero que la condición humana, a la que pertenece de manera indisoluble, sigue siendo presa, y por mucho que esté lejos de sus paredes, una parte muy importante de él sigue estando encerrada.
Por lo tanto, la única fuga que dañaría a la prisión, sería una fuga masiva, aquella que dejara entre sus paredes, un número de presos (o ninguno) que hiciera imposible la continuidad de su existéncia, de otro modo, escapará periódicamente algún preso, que deberá aceptar el aislamiento con el resto de condición humana, o con gran parte de ésta, así como que la prisión siga funcionando.
LA LUCHA ESTÉRIL COMO AUTOENGAÑO
En un principio, echando un vistazo al momento actual, parecería que el mundo está viviendo una época revolucionaria, dónde muchas personas están luchando por cambiar aquello que no consideran justo, hecho que provoca el pensamiento que la humanidad está triunfando sobre la opresión. Esto dista mucho de ser así. Si entendemos el sistema que nos rige, y la vida entre sus paredes, vemos que todo esto no es más que una idea más de los directores de la cárcel, para mantener su actividad y a poder ser mejorar su productividad. Lo que se entienden por revoluciones, no es más que grupos de presos, pidiéndole a sus poderhabientes directores que les mejoren sus condiciones: una mejor celda, más limpia, más atención por parte de los guardias, más y mejor comida, más tiempo de recreo, una enfermeria más eficiente, más visitas con los familiares, etc .. pero en ningún caso, absolutamente en ningún caso, nadie ha hablado de abandonar la prisión. Y como decía anteriormente, en ese caso, pase lo que pase, la prisión no sufrirá ninguna grieta ni padecerá el riesgo de dejar de funcionar.
La corriente de humanos despiertos (o despertados por el sistema) denúncia la técnica utilizada por el poder para dividir a la gente basada en los opuestos enfrentados para mantener vivo el conflicto que evite la reflexión que pueda llevar a la conclusión de querer fugarse, pero al mismo tiempo, ellos alimentan y generan otro juego de opuestos enfrentados: los despiertos luchadores antes los dormidos esclavos, satisfaciendo así a los dirigentes, viendo ellos que los presos lejos de querer huir, lo que quieren y piden a gritos es acomodarse entre sus paredes.
Ver éstas interesantes reflexiones del blog ANTIMPERIALISTA.
Esto crea una militancia que sólamente beneficia al Estado, de tal manera que si hoy en día no eres un indignado o estás a favor del movimiento, eres un ser desalmado, esclavo, y manejado por el sistema, cuándo lo único que ocurre, es que no quieres que el sistema te de nada, simplemente abandonarlo, y que éste se quede sin alimento para seguir funcionando. Esto es digno de subrayar, porque la corriente que lucha contra el sistema (veáse que lo alimenta) en su gran mayoría está llevada por sanas, buenas y humanas intenciones, pero al ser eliminada su capacidad de reflexión, se convierten en un ejército al servicio de aquello que dicen atacar. Imáginemos que en una cárcel, se crea un grupo que lucha por conseguir mejoras y eliminar algunas injusticias por parte de los dirigentes y celadores de la cárcel hacia los presos. El no colaborar te convertirá en un no-defensor de las libertades de los reos, cuándo en realidad, lo único que quieres es salir de sus paredes y a ser posible, hacerlo en la compañia de la máxima cantidad de presos posible.
No es necesario luchar contra el sistema, sólamente es necesario que este se quede sin combustible, y su combustible somos nosotros, si llegara el día en que la fuga de presos que ignorara la prisión fuera una masa crítica que provocara su cierre, muy probablemente si que tendríamos que luchar ante la posible necesidad del Estado a volver a abrir sus puertas, pero entonces ya estaríamos fuera, y las reglas del juego serían muy distintas. Mientras tanto toda lucha dentro de sus paredes y con el sistema a pleno funcionamiento, no serán más que intentos de sacar algo de brillo o pulir un metal más que desgastado y en avanzado estado de desintegración.
LA LUCHA ESTÉRIL COMO AUTOENGAÑO
En un principio, echando un vistazo al momento actual, parecería que el mundo está viviendo una época revolucionaria, dónde muchas personas están luchando por cambiar aquello que no consideran justo, hecho que provoca el pensamiento que la humanidad está triunfando sobre la opresión. Esto dista mucho de ser así. Si entendemos el sistema que nos rige, y la vida entre sus paredes, vemos que todo esto no es más que una idea más de los directores de la cárcel, para mantener su actividad y a poder ser mejorar su productividad. Lo que se entienden por revoluciones, no es más que grupos de presos, pidiéndole a sus poderhabientes directores que les mejoren sus condiciones: una mejor celda, más limpia, más atención por parte de los guardias, más y mejor comida, más tiempo de recreo, una enfermeria más eficiente, más visitas con los familiares, etc .. pero en ningún caso, absolutamente en ningún caso, nadie ha hablado de abandonar la prisión. Y como decía anteriormente, en ese caso, pase lo que pase, la prisión no sufrirá ninguna grieta ni padecerá el riesgo de dejar de funcionar.
La corriente de humanos despiertos (o despertados por el sistema) denúncia la técnica utilizada por el poder para dividir a la gente basada en los opuestos enfrentados para mantener vivo el conflicto que evite la reflexión que pueda llevar a la conclusión de querer fugarse, pero al mismo tiempo, ellos alimentan y generan otro juego de opuestos enfrentados: los despiertos luchadores antes los dormidos esclavos, satisfaciendo así a los dirigentes, viendo ellos que los presos lejos de querer huir, lo que quieren y piden a gritos es acomodarse entre sus paredes.
Ver éstas interesantes reflexiones del blog ANTIMPERIALISTA.
Esto crea una militancia que sólamente beneficia al Estado, de tal manera que si hoy en día no eres un indignado o estás a favor del movimiento, eres un ser desalmado, esclavo, y manejado por el sistema, cuándo lo único que ocurre, es que no quieres que el sistema te de nada, simplemente abandonarlo, y que éste se quede sin alimento para seguir funcionando. Esto es digno de subrayar, porque la corriente que lucha contra el sistema (veáse que lo alimenta) en su gran mayoría está llevada por sanas, buenas y humanas intenciones, pero al ser eliminada su capacidad de reflexión, se convierten en un ejército al servicio de aquello que dicen atacar. Imáginemos que en una cárcel, se crea un grupo que lucha por conseguir mejoras y eliminar algunas injusticias por parte de los dirigentes y celadores de la cárcel hacia los presos. El no colaborar te convertirá en un no-defensor de las libertades de los reos, cuándo en realidad, lo único que quieres es salir de sus paredes y a ser posible, hacerlo en la compañia de la máxima cantidad de presos posible.
No es necesario luchar contra el sistema, sólamente es necesario que este se quede sin combustible, y su combustible somos nosotros, si llegara el día en que la fuga de presos que ignorara la prisión fuera una masa crítica que provocara su cierre, muy probablemente si que tendríamos que luchar ante la posible necesidad del Estado a volver a abrir sus puertas, pero entonces ya estaríamos fuera, y las reglas del juego serían muy distintas. Mientras tanto toda lucha dentro de sus paredes y con el sistema a pleno funcionamiento, no serán más que intentos de sacar algo de brillo o pulir un metal más que desgastado y en avanzado estado de desintegración.