por Mary Fernandez
La política. ¿Qué decir de la política?
Me quedo sin palabras ante esta pregunta. Porque ¿para que decir nada, si una imagen vale mas que mil palabras? Entiendo que esto de trabajar por y para el pueblo es muy cansado e ingrato. Es un trabajo de esos que nunca es reconocido en su valor. Los desvelos, los disgustos, los sacrificios, que tan generosamente están dispuestos a llevar a cabo, dia si y dia también, los que representan la Cosa política, no lo saben mas que ellos y algunos de sus mas próximos allegados, seguramente. Los demás solo sabemos criticar sus desvelos y pedir como pollos sin plumas.
Para empezar, llamarle Cosa política a esto es lo corriente, pero ¿a que suena fatal? Es eliminar la identidad del individuo para sustituirla por cuatro letras: C O S A. Cuatro letras que todas juntas nombran lo indefinido, ambiguo, impersonal, corriente, moliente,. .. aunque también muy conveniente, pues la Cosa se caracteriza por su timidez, discrecion y tendencia a la ocultación y misterio, para que nadie pueda ver el derroche de medios, esfuerzo y teson que emplea en su llevar a cabo su cometido. Asi nos sorprende después con una labor bien hecha. Tan perfectamente realizada que es imposible destruir. De ese tipo de obras maestras que quedan para la posteridad y de las que todos los presentes y también los futuros, se acordaran durante mucho, mucho tiempo, de todos los pasados e incluso antepasados.
Cada cuatro años, como si de esparragos trigueros se tratara, se hace una selección de los mejores individuos, los mas capacitados para acometer el arduo trabajo que supone el llevar esta gran nave por los procelosos mares, capeando temporales, huracanes, manejando el timon con soltura y profesionalidad. Los peligros son muchos pero nunca, una vez embarcado, se volverá atrás. No señor, ni con agua hirviendo los despegaran del timon, para el cual muchos son los llamados, quizá demasiados, pero pocos los escogidos, quizá demasiados, también.
Dejando el barco y volviendo a la Cosa política en sí, puede ser que una vez embarcada, desempeñe puestos varios. Es lo propio de una cosa política y marinera que se precie. Puede ser grumete, marinero, timonel, contramaestre, lo que el capitán tenga a bien ordenar. Pero siempre tendrá la seguridad de que, aunque el cargo varie, el ser tripulante es como el diamante, para siempre.
Para empezar, llamarle Cosa política a esto es lo corriente, pero ¿a que suena fatal? Es eliminar la identidad del individuo para sustituirla por cuatro letras: C O S A. Cuatro letras que todas juntas nombran lo indefinido, ambiguo, impersonal, corriente, moliente,. .. aunque también muy conveniente, pues la Cosa se caracteriza por su timidez, discrecion y tendencia a la ocultación y misterio, para que nadie pueda ver el derroche de medios, esfuerzo y teson que emplea en su llevar a cabo su cometido. Asi nos sorprende después con una labor bien hecha. Tan perfectamente realizada que es imposible destruir. De ese tipo de obras maestras que quedan para la posteridad y de las que todos los presentes y también los futuros, se acordaran durante mucho, mucho tiempo, de todos los pasados e incluso antepasados.
Cada cuatro años, como si de esparragos trigueros se tratara, se hace una selección de los mejores individuos, los mas capacitados para acometer el arduo trabajo que supone el llevar esta gran nave por los procelosos mares, capeando temporales, huracanes, manejando el timon con soltura y profesionalidad. Los peligros son muchos pero nunca, una vez embarcado, se volverá atrás. No señor, ni con agua hirviendo los despegaran del timon, para el cual muchos son los llamados, quizá demasiados, pero pocos los escogidos, quizá demasiados, también.
Dejando el barco y volviendo a la Cosa política en sí, puede ser que una vez embarcada, desempeñe puestos varios. Es lo propio de una cosa política y marinera que se precie. Puede ser grumete, marinero, timonel, contramaestre, lo que el capitán tenga a bien ordenar. Pero siempre tendrá la seguridad de que, aunque el cargo varie, el ser tripulante es como el diamante, para siempre.
Nunca faltara quienes piensen e incluso digan que no hace falta tanta Cosa para el tamaño del barco, pero esas son las mentes cicateras que no son capaces de entender que el empaque lo da el tipo de tripulación, no el barco en si. No tienen en cuenta esto porque son mentes simples que anteponen la ética a la estética, cuando los hechos demuestran que, para navegar por ciertos mares, es mejor parecer que ser. Hay jurisprudencia al alcance de quien quiera consultar esta realidad. Y si aun no hay jurisprudencia, atentos porque algún dia la habrá. Puede.
En estos últimos días, se volvió a celebrar la fiesta de la recolección. Se sabía, debido a la climatología imperante en estos años que la cosecha iba a ser, cuando menos, peculiar por no decir, desastrosa. Efectivamente, la Cosa política vio como la especie Masa política, otra modalidad de lo mismo que, aunque también amorfa y ambigua, tiene una característica definitiva, es compacta y agresiva, invadía el campo y mermaba la cosecha. Hasta tal punto que casi la borró del mapa. Queda algún matojo aquí o allí, pero poca cosa. Dicen los entendidos que para lo que queda mejor quitarlo todo. Pero yo creo que los entendidos son los que menos entienden y más lían. Hasta deben tener sueldo fijo y dos pagas por ello.
En estos últimos días, se volvió a celebrar la fiesta de la recolección. Se sabía, debido a la climatología imperante en estos años que la cosecha iba a ser, cuando menos, peculiar por no decir, desastrosa. Efectivamente, la Cosa política vio como la especie Masa política, otra modalidad de lo mismo que, aunque también amorfa y ambigua, tiene una característica definitiva, es compacta y agresiva, invadía el campo y mermaba la cosecha. Hasta tal punto que casi la borró del mapa. Queda algún matojo aquí o allí, pero poca cosa. Dicen los entendidos que para lo que queda mejor quitarlo todo. Pero yo creo que los entendidos son los que menos entienden y más lían. Hasta deben tener sueldo fijo y dos pagas por ello.
El caso es que ayer dia 24 a las 4 de la tarde, la plaza donde la Cosa va a lidiar con sus importantes temas para el bien de todos nosotros, lucia vacio como una isla sin Robinson o como un barco sin polizones que canta Sabina. Se ve que ni los diestros ni los toros componían un cartel interesante. Pero todos pagamos la entrada y, además, en la reventa pues hace tiempo que se elimino la ventanilla y se privatizo el segunda mano. No aprenderemos nunca, nos volvieron a colar el timo de la Cosa………..politica.
Plaza del Congreso de los Diputados dia 24 de Mayo de 2011, y eran las 4 de la tarde…..