Por Mary Fernandez para La Independiente Digital
Ante la pretensión de “nuestros” representantes políticos de hacer purgar a nosotros, el pueblo, un problema de intoxicación por glotonería de ellos y sus amos, la élite de siempre de la que tan buenos lacayos y siervos son, habría que enviarles una carta previa al despido procedente e inminente del que se han hecho claros merecedores y comprado todas las rifas. No creo que vayan a rebuscar en ningún contenedor ni a ser desalojados por el juzgado de su vivienda embargada, como a tantos de los “pueblosoberanienses” les está sucediendo, gracias a las sucesivas practicas ad hoc. Para eso se hacen leyes mientras se está en el “candelabro”: para que prevalezcan legalidades pornográficas en feroz competencia con la JUSTICIA.
Se supone que hay de todo en todas partes, pero en este caso, como todos son tan corporativos y sectarios, no sabría distinguir quienes realmente puedan tener actuaciones responsables, decentes y de acuerdo con el cometido para el que son elegidos, pues en cuanto se salen del tiesto partidario, la Reina de Corazones exige se les corte la cabeza. Otro dato a la hora de denunciar que una lista presentada a unas elecciones es antidemocrática. Más bien es la relación de los amiguetes que quieren participar en el negocio. Ni vocación, ni responsabilidades, ni recato, ni farrapo de gaitas………. La prueba está en que a pesar de los supuestos marrones que conlleva el pertenecer a la cosa política relacionada con la administración de un Estado, hay bofetadas por participar en el juego.
Así que por la parte de parentesco político que me obligan a mantener en contra de mi voluntad soberana con un colectivo financiero-especulativo conocido como El Becerro de Oro, esta prima les escribe una carta.
CARTA A LOS ASALARIADOS DEL PUEBLO, alias políticos o “requetebien pagaos”
Señores empleados:
Tal y como se están poniendo las cosas, o sea, el mundo al revés, ya no sé si dirigirme a vosotros como criados o como Sus Majestades.
En principio y ajustándonos a la escrupulosa realidad, estáis al servicio del pueblo soberano, mal que os pese, aunque poco a poco, cual carcoma, fuisteis royendo las entrañas y armazón de este tinglado que se da en llamar País y ahora, cuando ya hay más serrín que madera, más agujeros que en un queso gruyere y solo queda la carcasa, se ve claramente que vuestra intención siempre fue ser Califa en lugar del Califa, como diría Iznogud el Infame Visir.
Se supone que hay de todo en todas partes, pero en este caso, como todos son tan corporativos y sectarios, no sabría distinguir quienes realmente puedan tener actuaciones responsables, decentes y de acuerdo con el cometido para el que son elegidos, pues en cuanto se salen del tiesto partidario, la Reina de Corazones exige se les corte la cabeza. Otro dato a la hora de denunciar que una lista presentada a unas elecciones es antidemocrática. Más bien es la relación de los amiguetes que quieren participar en el negocio. Ni vocación, ni responsabilidades, ni recato, ni farrapo de gaitas………. La prueba está en que a pesar de los supuestos marrones que conlleva el pertenecer a la cosa política relacionada con la administración de un Estado, hay bofetadas por participar en el juego.
Así que por la parte de parentesco político que me obligan a mantener en contra de mi voluntad soberana con un colectivo financiero-especulativo conocido como El Becerro de Oro, esta prima les escribe una carta.
CARTA A LOS ASALARIADOS DEL PUEBLO, alias políticos o “requetebien pagaos”
Señores empleados:
Tal y como se están poniendo las cosas, o sea, el mundo al revés, ya no sé si dirigirme a vosotros como criados o como Sus Majestades.
En principio y ajustándonos a la escrupulosa realidad, estáis al servicio del pueblo soberano, mal que os pese, aunque poco a poco, cual carcoma, fuisteis royendo las entrañas y armazón de este tinglado que se da en llamar País y ahora, cuando ya hay más serrín que madera, más agujeros que en un queso gruyere y solo queda la carcasa, se ve claramente que vuestra intención siempre fue ser Califa en lugar del Califa, como diría Iznogud el Infame Visir.
Entiendo que cuando un colectivo entrega un cofre rebosante de medios, para hacer un futuro mejor para todos, a unos cuantos administradores, estos tengan un dilema más o menos tan gordo como el mismo cofre. Un cofre enorme y lleno de riqueza.
Sí, es una tentación inflada de provocaciones varias. Cuando se entregan las llaves del cofre, se advierte que lo que tiene dentro es única y exclusivamente de su dueño y que deberán cuidarlo y hacerlo crecer para beneficio de su propietario legítimo, D. Juan Pueblo.
Por lo que se ve, esta advertencia se convirtió en un mero formulismo para la ceremonia de jura o promesa de cargo porque, cual Pokemon, siempre evoluciona a un simple “prometer hasta meter y una vez metido, nada de lo prometido”, a la vista de los resultados de siempre. A partir de esto se comprende a que vienen tantas leyes protectoras de la especie política y sus actuaciones. A base de practicar: “estos son mis principios y si no le gustan, tengo otros”, habéis conseguido convertiros en Majestades o, como mínimo, en señores feudales.
No hay acusación por corrupción que os amilane. Al contrario, os produce una reacción rabiosamente coceadora y rebuznante en contra de quien os acusa de algo palpable. “Bueno, ¿y qué? Los otros también lo hacen ¿no?” el típico “...y tu mas” es vuestro lema, además de la mencionada costumbre de poneros a legislar como posesos para que la ley que no la Justicia, os ampare en todos los chanchullos posibles y más. Lo que tratáis de colar es la justificación del continuo y perpetuo mal hacer por el simple hecho de que otros también lo hicieron antes, en vez de hacer una gestión eficaz y honrada y responsabilizarse de los errores y enmendarlos, en caso de que los haya. Además de figurar con nombre y apellidos para ello, en vez de escudarse cobardemente en unas siglas de partido. Por cierto, tan subvencionados estos con dinero público, como tantas otras cosas privadas y particulares de cada uno.
Para lo único que tenéis razón de ser es para procurar el bienestar del pueblo. Es lo único y principal. Las Leyes, decretos, normas que aprobéis, tienen que ser desde y para ese exclusivo fin. Lo demás es obsceno y una estafa. No os otorgamos poder, os damos la orden de administrar para nuestro bien, no para vuestro lucro y el de personas o corporaciones de todo tipo pero ajenas a la obra. Os habéis olvidado de ese mandato y estáis vendiendo el país, trozo a trozo, a los mercaderes. Nos habéis metido en una danza especulativa que, si resulta que no buscasteis a propósito o por connivencia con esos mercachifles, entonces estáis demostrando ser intrínsecamente inútiles para ostentar la función de administradores de esta comunidad, y para lo cual montáis el circo electoral cada cuatro años, más o menos.
Esto da como resultado que después de meternos, sin solicitarlo y con mañas trileras, en el juego del Monopoly que viene siendo la Economía Mundial y sus billetes de mentira, ahora tengamos que abonar una deuda monopolyca, exigida por unos acreedores monopolycos y con muy mala baba. Me gustaría saber y ver, donde esta todo ese dinero que se supone prestado en su forma física. No se puede devolver lo que nunca se recibió, porque poner un asiento virtual en una columna del Debe puede ser neutralizado con otro asiento virtual en la del Haber.
Y más cuando sabemos que esos incrementos de deuda se producen a partir de una mala gestión, ambición desmedida y especulaciones varias de los usureros, entidades privadas en su mayoría, políticamente consentidas que, con la falaz disculpa de “por no dejar caer en la bancarrota e impedir la desaparición del estado del bienestar” los gobiernos se apresuraron a ayudar con nuestro dinero, sin pedirnos opinión ni parecer y, a lo que parece, a fondo perdido y si te he visto no me acuerdo. Además de exigir esos mismos poderes financieros en bancarrota, verdaderos artífices de la situación, tanto por creación como por inducción, que los que tengamos que apoquinar para cubrir la deuda generada por sus degenerados manejos somos nosotros. El “aun por encima de burro apaleado” en estado puro.
Después de jugar sucio con el dinero y la confianza depositada en esos Cuarenta Ladrones & Cía., me parece que llamarle robo es algo hasta simpático. Y el que vosotros, servidores públicos, os hayáis convertido y prestado a ser el sujeto necesario para llevar a cabo la felonía, no tiene nombre. Bueno, lo tendrá en breve. Lo están fabricando pues los adjetivos existentes se quedan cortos para describir semejante actuación que se perpetua de legislatura en legislatura.
Así son las cosas y así hay que contarlas. No tenemos una crisis de estado, social o productiva, tenemos una crisis porque no hay estadistas ni gestores. Los que había, con sus luces y sombras, hace mucho tiempo que desaparecieron. Si alguna vez existieron. Ahora solo queda el fondo del barril. El poso espeso, degradado y avinagrado que hay que tirar a la basura.
Ahora estáis tirándoos los trastos a la cabeza, tratando de aparecer como el poli bueno y el poli malo para seguir partiendo y repartiendo el pastel, pero, en realidad, lo que estáis haciendo es caer en un espectáculo patético, repugnante, estridente y de imposible emisión en horario infantil. Igual a lo que se puede ver en estos programas basura de la tele. Habéis conseguido que la política aumente en muchos puntos su calificación de repugnante, creando una denominación mas para la posteridad. Pasamos de la política de izquierdas, derechas, centro o lo que sea, a la política basura. Como decía Petronio, el as de la elegancia “El mundo quiere ser engañado, pues que lo sea” (Mundus vult decipi ergo decipiatur).
Es el signo de los tiempos, pues nunca como ahora y a todos los niveles, se produjeron tantos residuos y productos tóxicos, además de parecer que los castings para el teatro político se hiciesen en una charcutería. El que no os conozca… que os vote.
Fdo.:
Ciudadano después de picar en el timo de la Crisis Mundial
Pdta. o ítem más:
El alegar que sois democráticamente elegidos para hacer y deshacer a vuestro antojo, tiene un error en origen: la propia Ley que os capacita a ello, tramada en una época en la que lo principal era no desatar el paquete atado y bien atado que dejo el monstruo del millón de muertos. Los ambiguos programas que exponéis para convencer a unos cuantos para que os elijan y con ello se justifique todo show subsiguiente, tienen el mismo valor que el humo con que los redactáis.
Conseguisteis convertir la Democracia en un “demosgracias si esto no va a peor”, sin gracia ninguna.
(Continuará)
El alegar que sois democráticamente elegidos para hacer y deshacer a vuestro antojo, tiene un error en origen: la propia Ley que os capacita a ello, tramada en una época en la que lo principal era no desatar el paquete atado y bien atado que dejo el monstruo del millón de muertos. Los ambiguos programas que exponéis para convencer a unos cuantos para que os elijan y con ello se justifique todo show subsiguiente, tienen el mismo valor que el humo con que los redactáis.
Conseguisteis convertir la Democracia en un “demosgracias si esto no va a peor”, sin gracia ninguna.
(Continuará)