por Tete Llorens para La Independiente
La honestidad y legitimidad de los medios de comunicación e información.
Muchos nombran a nuestra época, los tiempos de la incertidumbre, y esa apreciación, viniendo de una sociedad altamente capacitada tecnológicamente y poseedora de herramientas de comunicación altamente avanzadas, hace necesario un análisis sobre la situación que intente por lo menos esbozar las posibles causas de esta contradicción y del antagonismo inherente en ella.
La cantidad de acontecimientos, tanto a nivel local como mundial, las tramas internas de los gobiernos a nivel internacional, la casi incontrolable cantidad de departamentos oficiales, las incontables facetas sociales cada una de ellas regida en un ámbito concreto, la diversificación de procedimientos necesarios en el desarrollo social, y la acumulación de deberes en lo |personal, laboral, económico, social y doméstico, hacen que la observación de la realidad que nos rodea, sea un arduo trabajo para el ciudadano de a pie, que sumergido en una espiral de procesos diarios y rutinarios, necesarios para su funcionamento óptimo dentro del engranaje, hacen que el tiempo del que disponga para la reflexión y observación paciente y consciente sea casi una quimera.
Muchos nombran a nuestra época, los tiempos de la incertidumbre, y esa apreciación, viniendo de una sociedad altamente capacitada tecnológicamente y poseedora de herramientas de comunicación altamente avanzadas, hace necesario un análisis sobre la situación que intente por lo menos esbozar las posibles causas de esta contradicción y del antagonismo inherente en ella.
La cantidad de acontecimientos, tanto a nivel local como mundial, las tramas internas de los gobiernos a nivel internacional, la casi incontrolable cantidad de departamentos oficiales, las incontables facetas sociales cada una de ellas regida en un ámbito concreto, la diversificación de procedimientos necesarios en el desarrollo social, y la acumulación de deberes en lo |personal, laboral, económico, social y doméstico, hacen que la observación de la realidad que nos rodea, sea un arduo trabajo para el ciudadano de a pie, que sumergido en una espiral de procesos diarios y rutinarios, necesarios para su funcionamento óptimo dentro del engranaje, hacen que el tiempo del que disponga para la reflexión y observación paciente y consciente sea casi una quimera.
Debido a esto, los ciudadanos debemos confiar en el servicio de los medios de comunicación e información, para que ellos se encarguen de presentarnos los hechos, datos, razones y detalles de todo aquello que ocurre en nuestro entorno, más directo y a nivel global, y así obtener la información necesaria para poder “saber” que pasa en nuestro mundo, y así completar esa faceta que nuestro día a día nos dificulta realizar.
En sus fundamentos, esa apreciación ya es digna y merecedora de observación, análisis y crítica, pues se está relegando el hecho de crear y generar una opinión o pensamiento, en su fase inicial, a un cuerpo externo al própio. Esto dicho así, puede parecer un tanto exagerdado, pero miremos la cuestión con más detalle. En el terreno de la experiencia, los acontecimientos y hechos vividos en primera persona nos dan una información directa, que procesamos y analizamos a través del contacto con los hechos de forma inmediata, desde el hecho, a la percepción del mismo. Luego, a partir de nuestra formación individual, analizaremos de una forma personal el suceso, generando la opinión y pensamiento sobre el mismo, desde la información obtenida desde la experimentación directa del momento.
Por lo tanto, al aceptar que se nos presenten los hechos de una situación, sean cuáles sean sus características, y hacer de esa presentación nuestro punto de partida para pensar sobre ella, estamos permitiendo un asalto al inicio del proceso de creación de pensamiento y opinión por parte de mentes ajenas a la nuestra.
Sin entrar, por ahora, en el debate sobre si la intención de esos “asaltadores” encargados de originar el punto de partida de nuestra observación de los hechos, es la de facilitarnos una tarea que nuestra vida diaria nos dificulta, o si por el contrario es un proceder para utilizarlo como canalizador de la sociedad, la simple acción ya agrede en sí de manera directa el derecho y deber de libertad de conciencia, opinión, y expresión del ser humano. Pasando a lo cotidiano , si un vecino te cuenta algo de alcance local, que no has vivido, inicialmente lo considerarás un rumor , hasta que tu propia experiencia te lo confirme o descarte, o si es el caso, la confianza a nivel humano que tengas con la persona que te explique el hecho, definirá la solidez de la validez de la noticia.
En sus fundamentos, esa apreciación ya es digna y merecedora de observación, análisis y crítica, pues se está relegando el hecho de crear y generar una opinión o pensamiento, en su fase inicial, a un cuerpo externo al própio. Esto dicho así, puede parecer un tanto exagerdado, pero miremos la cuestión con más detalle. En el terreno de la experiencia, los acontecimientos y hechos vividos en primera persona nos dan una información directa, que procesamos y analizamos a través del contacto con los hechos de forma inmediata, desde el hecho, a la percepción del mismo. Luego, a partir de nuestra formación individual, analizaremos de una forma personal el suceso, generando la opinión y pensamiento sobre el mismo, desde la información obtenida desde la experimentación directa del momento.
Por lo tanto, al aceptar que se nos presenten los hechos de una situación, sean cuáles sean sus características, y hacer de esa presentación nuestro punto de partida para pensar sobre ella, estamos permitiendo un asalto al inicio del proceso de creación de pensamiento y opinión por parte de mentes ajenas a la nuestra.
Sin entrar, por ahora, en el debate sobre si la intención de esos “asaltadores” encargados de originar el punto de partida de nuestra observación de los hechos, es la de facilitarnos una tarea que nuestra vida diaria nos dificulta, o si por el contrario es un proceder para utilizarlo como canalizador de la sociedad, la simple acción ya agrede en sí de manera directa el derecho y deber de libertad de conciencia, opinión, y expresión del ser humano. Pasando a lo cotidiano , si un vecino te cuenta algo de alcance local, que no has vivido, inicialmente lo considerarás un rumor , hasta que tu propia experiencia te lo confirme o descarte, o si es el caso, la confianza a nivel humano que tengas con la persona que te explique el hecho, definirá la solidez de la validez de la noticia.
Este es un punto importante, la confianza ; si hemos de relegar, por necesidad, la tarea de informarnos de los hechos a medios ajenos a nosotros, la confianza que tengamos en ellos será determinante en la confirmación de la validez de la información que recibimos y que hacemos nuestra, y que por tanto , crea nuestra visión del mundo, y en consequencia, nuestra manera de desenvolvernos y proceder en él.
La historia en general y la reciente en particular, sobre todo desde el trágico día de la desgracia del 11-S en New York, está repleta de datos contradictorios, espacios en blanco, y dudas más que razonables en las exposiciones de los encargados de darnos la información oficial de hechos trascendentes en nuestras vidas, sea cuál sea el rincón que ocupamos del planeta, que debe hacerse desde una impecable posición moral y ética digna de la confianza que otorgamos a aquellos encargados de ayudarnos en el proceso inicial para conocer lo que ocurre a nuestro alrededor.
La prolongación en el tiempo de esta manera de funcionar, en el que unos pocos tienen la información, y una inmensa mayoria la consume, más el incremento progresivo de medios encargados de esa tarea, ha generado en el ciudadano una actitud pasiva, en la que la comodidad de encender un monitor, o abrir un periódico, o encender un transistor, generan una asimilación acrítica de los acontecimientos, tanto que, trás solo media hora de información durante la noche en un informativo de un acontecimiento ya creemos tener las herramientas para debatir al día siguiente encarnecidamente con los compañeros de trabajo, sobre una realidad que apenas conocemos, más que por unos datos que alguien que no conocemos nos ha presentado el dia anterior. Nada más es necesario observar la vida social consiguiente a un acontecimiento para ver que un gran conjunto de personas que no sabian nada sobre el hecho horas ante , se sienten informadas suficientemente como para emitir juicios y sentencias pocos minutos después, sin pararse y reflexionar desde el aislamiento de opiniones, para intentar como mínimo, obtener un inicio de opinión global sobre la cuestión, para posteriormente, indagar y averiguar a través de los hechos y datos que por sí mismos reflejen verdad o dirijan hacia ella. En el caso de un hecho en el vecindario esto es signo de irresponsabilidad e insensatez, pero en el caso de muertes masivas, engaños monumentales y demás noticias ya demasiado habituales, roza la inhumanidad.
La aparición de internet y la proliferación de medios alternativos ha abierto una brecha y ha ampliado mucho el campo de esa tarea generadora del inicio de una opinión, posibilitando que personas ajenas a los estamentos encargados oficialmente de hacerlo, puedan informar, muchas veces desde el mismo sitio, y también a veces, en tiempo real, ampliando al menos la variedad de opiniones y descentralizando un poco esa función, y si bien se podría considerar este hecho como algo positivo, también lleva consigo la cuestión que la ampliación de fuentes puede ser una manera de mejorar la validez de la información, pero requiere la misma actitud activa, de ver la información como datos a analizar y aceptar o refutar, para luego comenzar a crear una opinión personal, y no pasiva, heredada de terceros y convertirla en la base de nuestra posterior conclusión, ya que si esta no es suficientemente válida y, como mínimo encaminada a la veracidad imparcial, contaminará el proceso de nuestra própia opinión, y por tanto, contrubuirá a nuestra des-información.
Gracias a esta diversificación, en cantidad y origen, de fuentes |de información, se han podido contrastar de manera evidente claros aspectos contradictorios en acontecimientos relevantes, como por ejemplo, el terremoto, posterior tsunami y consiguiente accidente nuclear en el Noreste de Japón, que arrasó, y aún están en proceso de indentificación de cadáveres, las vidas de miles de personas.
Desde un inicio, el hecho se presentó como un apocalipsis, generando en la población una opinión acrítica, cegada por la emoción de la desgracia, que constataba que la situación era de absoluto pavor y desespero, no sólo en las zonas más cercanas y afectadas, sino en la capital, Tokio, llegando a confirmar, que dicha capital estaba sufriendo un exilio masivo de la población nipona debido a la gravedad de la situación, y sumado a ello, que el riesgo por explosión en las centrales nucleares afectadas era inminente, además de afirmar que los ciudadanos se estaban quedando sin abastecimiento de comida, gasolina y servicios primarios. Si bien lo acontecido es una tragedia de niveles más que considerables, sobre todo en las regiones más afectadas, la realidad global de la situación en el pais, no era ni mucho menos como nos la presentaron durante 24 horas al día en los medios de comunicación, y debido a dicha exageración, y alarma que generó en los familiares de ciudadanos españoles residentes en Japón, estos decidieron, a través de internet dar a conocer la realidad que ellos estaban viviendo allí, muy distante de la que su pais habia presentado a sus familiares, con el objetivo de tranquilizarlos, e indignados por la sinrazón, al menos humana, de ello.
La historia en general y la reciente en particular, sobre todo desde el trágico día de la desgracia del 11-S en New York, está repleta de datos contradictorios, espacios en blanco, y dudas más que razonables en las exposiciones de los encargados de darnos la información oficial de hechos trascendentes en nuestras vidas, sea cuál sea el rincón que ocupamos del planeta, que debe hacerse desde una impecable posición moral y ética digna de la confianza que otorgamos a aquellos encargados de ayudarnos en el proceso inicial para conocer lo que ocurre a nuestro alrededor.
La prolongación en el tiempo de esta manera de funcionar, en el que unos pocos tienen la información, y una inmensa mayoria la consume, más el incremento progresivo de medios encargados de esa tarea, ha generado en el ciudadano una actitud pasiva, en la que la comodidad de encender un monitor, o abrir un periódico, o encender un transistor, generan una asimilación acrítica de los acontecimientos, tanto que, trás solo media hora de información durante la noche en un informativo de un acontecimiento ya creemos tener las herramientas para debatir al día siguiente encarnecidamente con los compañeros de trabajo, sobre una realidad que apenas conocemos, más que por unos datos que alguien que no conocemos nos ha presentado el dia anterior. Nada más es necesario observar la vida social consiguiente a un acontecimiento para ver que un gran conjunto de personas que no sabian nada sobre el hecho horas ante , se sienten informadas suficientemente como para emitir juicios y sentencias pocos minutos después, sin pararse y reflexionar desde el aislamiento de opiniones, para intentar como mínimo, obtener un inicio de opinión global sobre la cuestión, para posteriormente, indagar y averiguar a través de los hechos y datos que por sí mismos reflejen verdad o dirijan hacia ella. En el caso de un hecho en el vecindario esto es signo de irresponsabilidad e insensatez, pero en el caso de muertes masivas, engaños monumentales y demás noticias ya demasiado habituales, roza la inhumanidad.
La aparición de internet y la proliferación de medios alternativos ha abierto una brecha y ha ampliado mucho el campo de esa tarea generadora del inicio de una opinión, posibilitando que personas ajenas a los estamentos encargados oficialmente de hacerlo, puedan informar, muchas veces desde el mismo sitio, y también a veces, en tiempo real, ampliando al menos la variedad de opiniones y descentralizando un poco esa función, y si bien se podría considerar este hecho como algo positivo, también lleva consigo la cuestión que la ampliación de fuentes puede ser una manera de mejorar la validez de la información, pero requiere la misma actitud activa, de ver la información como datos a analizar y aceptar o refutar, para luego comenzar a crear una opinión personal, y no pasiva, heredada de terceros y convertirla en la base de nuestra posterior conclusión, ya que si esta no es suficientemente válida y, como mínimo encaminada a la veracidad imparcial, contaminará el proceso de nuestra própia opinión, y por tanto, contrubuirá a nuestra des-información.
Gracias a esta diversificación, en cantidad y origen, de fuentes |de información, se han podido contrastar de manera evidente claros aspectos contradictorios en acontecimientos relevantes, como por ejemplo, el terremoto, posterior tsunami y consiguiente accidente nuclear en el Noreste de Japón, que arrasó, y aún están en proceso de indentificación de cadáveres, las vidas de miles de personas.
Desde un inicio, el hecho se presentó como un apocalipsis, generando en la población una opinión acrítica, cegada por la emoción de la desgracia, que constataba que la situación era de absoluto pavor y desespero, no sólo en las zonas más cercanas y afectadas, sino en la capital, Tokio, llegando a confirmar, que dicha capital estaba sufriendo un exilio masivo de la población nipona debido a la gravedad de la situación, y sumado a ello, que el riesgo por explosión en las centrales nucleares afectadas era inminente, además de afirmar que los ciudadanos se estaban quedando sin abastecimiento de comida, gasolina y servicios primarios. Si bien lo acontecido es una tragedia de niveles más que considerables, sobre todo en las regiones más afectadas, la realidad global de la situación en el pais, no era ni mucho menos como nos la presentaron durante 24 horas al día en los medios de comunicación, y debido a dicha exageración, y alarma que generó en los familiares de ciudadanos españoles residentes en Japón, estos decidieron, a través de internet dar a conocer la realidad que ellos estaban viviendo allí, muy distante de la que su pais habia presentado a sus familiares, con el objetivo de tranquilizarlos, e indignados por la sinrazón, al menos humana, de ello.
Daniel García , ingeniero e investigador que trabaja para la Japanese Atomic Energy Agency ( JAEA ) envió una carta al diario EL PAIS dónde tajantemente decía “ Permítanme ante todo que les agradezca desde Japón y de todo corazón el gran esfuerzo que están ustedes realizando por asustar lo más posible a todos mis familiares y amigos “. Además, Daniel escribió numerosos comentarios en la web oficial de dicho diario desmintiendo la desmesura que estaban presentando sobre una situación que vivia de primera mano, como ciudadano y como empleado y entendido en energia nuclear, comentarios que fueron inmediatamente eliminados de dicha página. Daniel participó en diversos programas de radio españoles dónde desmintió las exageraciones y puntualizó los detalles divergentes entre la realidad que él estaba viviendo en primera persona y la información generalizada en las masas.
A parte de Daniel, otros españoles residentes en Japón, indignados al ver el proceder de los medios, hicieron llamadas, abrieron webs, y realizaron videos domésticos en las zonas dónde en principio estaba sucediendo un exilio masivo de ciudadanos y escasez de alimentos y productos básicos, mostrando una realidad bien distinta, que si bien, obviamente mostraba algunos aspectos del efecto en la población debido a la catástrofe, sobre todo a nivel anímico, mostraban un funcionamiento más que normal en el quehacer diario de los japoneses.
Esto nos deberia invitar a una reflexión, sobre el porque de dicha presentación de los hechos, al menos en ciertos aspectos muy distante de la realidad, por parte de los medios de comunicación, teniendo en cuenta, como decíamos al principio que los medios tecnológicos y logísticos existentes son más que suficientes para tener una concepción más o menos cercana a la realidad sin las desmesuras expuestas.
En este caso, y en general, como ejercicio de saneamiento y discernimiento, deberíamos empezar a preguntarnos quien dirige dichos medios de comunicación, informarse sobre quien los financia, a que fuerzas políticas son afines y todos los detalles que podamos obtener para poder tener una visión global más certera.
Es importante destacar la incisión repentina, y con una desmesurada prisa ( incluso generando reuniones de urgencia por los gobiernos ) por desprestigiar la energia nuclear, que sin entrar en el debate nucleares sí, nucleares no, debería hacernos pensar en el sinsentido que después de años de quejas sobre las centrales nucleares, con incluso accidentes más graves que el de Fukushima, de repente exista una unidad y unificación global por parte de los poderes internacionales para incidir en ello, lo cuál genera una sospecha y ante la falta de más pruebas, sólo una sospecha del posible aprovechamiento de las circunstancias para un posible interés a nivel global, respecto a la energía nuclear por parte de los gobiernos. Esto es sólamente una observación pero debería ser un proceder observar críticamente los acontecimientos que nos presentan, acumulando datos veraces, desechando información no contrastada, y contrastando las distintas fuentes que chocando unas con otras nos puedan dar como resultado una visión que con la observación acrítica jamás conseguríamos obtener.
A parte de Daniel, otros españoles residentes en Japón, indignados al ver el proceder de los medios, hicieron llamadas, abrieron webs, y realizaron videos domésticos en las zonas dónde en principio estaba sucediendo un exilio masivo de ciudadanos y escasez de alimentos y productos básicos, mostrando una realidad bien distinta, que si bien, obviamente mostraba algunos aspectos del efecto en la población debido a la catástrofe, sobre todo a nivel anímico, mostraban un funcionamiento más que normal en el quehacer diario de los japoneses.
Esto nos deberia invitar a una reflexión, sobre el porque de dicha presentación de los hechos, al menos en ciertos aspectos muy distante de la realidad, por parte de los medios de comunicación, teniendo en cuenta, como decíamos al principio que los medios tecnológicos y logísticos existentes son más que suficientes para tener una concepción más o menos cercana a la realidad sin las desmesuras expuestas.
En este caso, y en general, como ejercicio de saneamiento y discernimiento, deberíamos empezar a preguntarnos quien dirige dichos medios de comunicación, informarse sobre quien los financia, a que fuerzas políticas son afines y todos los detalles que podamos obtener para poder tener una visión global más certera.
Es importante destacar la incisión repentina, y con una desmesurada prisa ( incluso generando reuniones de urgencia por los gobiernos ) por desprestigiar la energia nuclear, que sin entrar en el debate nucleares sí, nucleares no, debería hacernos pensar en el sinsentido que después de años de quejas sobre las centrales nucleares, con incluso accidentes más graves que el de Fukushima, de repente exista una unidad y unificación global por parte de los poderes internacionales para incidir en ello, lo cuál genera una sospecha y ante la falta de más pruebas, sólo una sospecha del posible aprovechamiento de las circunstancias para un posible interés a nivel global, respecto a la energía nuclear por parte de los gobiernos. Esto es sólamente una observación pero debería ser un proceder observar críticamente los acontecimientos que nos presentan, acumulando datos veraces, desechando información no contrastada, y contrastando las distintas fuentes que chocando unas con otras nos puedan dar como resultado una visión que con la observación acrítica jamás conseguríamos obtener.
Propaganda de guerra realizada por Edward Bernays para el Gobierno de los EEUU bajo la Presidencia de Woodrow Wilson y campaña para la industria tabacalera dirigida a las mujeres.
Me parece apropiado recuperar del pasado varios hechos y declaraciones relevantes en lo aquí expuesto :
Edward L. Bernays fue un personaje enormemente relevante dedicado al periodismo, después de graduarse en 1912 en la escuela de agricultura de la Universidad de Cornell, escribió para una revista médica, dónde colaboró con su tío, el célebre Sigumnd Freud, publicando numerosos artículos de éste. Su contacto y colaboración fue en aumento, y de esa relación y colaboración Edward comprendió el funcionamiento de las masas y las teclas que pulsar eficientemente en ellas, apelando al subconsciente para dirigirlas en una dirección u otra. El primero trabajo para el gobierno de EEUU, por parte de Edward, fue formar parte del “ Comite de Información Pública “, la misión del cuál era desinformar lo más posible a la población, de forma que aceptaeen participar en la guerra ( 1ª Guerra mundial ). Mediante hábiles sugerencias del Comité y a través de Hollywood, produjeron varias películas, como “ La Bestia de Berlin “ y “ Al infierno con el Kaiser “ y contrataron a 75000 personas para ir de pueblo en pueblo dando conferencias sobre las atrocidades alemanas, creando así mismo, un gabinete de prensa para intoxicar todos los periódicos con noticias referentes a la amenaza alemana. En 6 meses crearon tal histérica colectiva contra los alemanes, que el congreso, presionado por la opinión pública, autorizó y rogó al presidente de EEUU que entraran en la guerra para acabar con esa amenaza.
En 1919, Edward abrió una oficina para dedicarse a gran escala al negocio de la propaganda. Así mismo, fue el percusor y pionero del termino y sector de las Relaciones públicas, nombre que le puso al termino original de propaganda , por ser menos llamativo y más comercial. Fue el encargado y responsable de la campaña para conseguir que las mujeres comenzasen a fumar, contrató a miles de mujeres para que fumasen en lugares públicos y pagó a directores de cine para que sus actrices fumaran delante de las cámaras y diseño una campaña publicitaria equiparando al cigarrillo con un símbolo fálico y relacionándolo con la liberación de la mujer, en unos meses, que la mujer fumase, pasó de ser un estigma relacionado con la prostitución y denigración, a ser algo chic y sofisticado, para entonces ya todas las mujeres hacian cola para comprar cajetillas de tabaco. Así pues, Edward Berneys tomó las ideas de su tío, el famoso Sigmund Freud y las aplicó a la ciencia de la persuasión de masas. De su obra “ Propaganda “ de 1924 se extrae el siguiente párrafo :
“ Aquellos que manipulan el mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible, que es el verdadero poder que gobierna nuestro país. Somos gobernados, nuestras mentes moldeadas, nuestros gustos formados y nuestra ideas sugeridas mayormente por hombres de los que nunca hemos oido hablar. En casi cualquier acto de nuestras vidas, sea en la esfera de la política, de los negocios, en nuestra conducta social, o en nuestro pensamiento ético, estamos dominados por un número relativamente pequeño de personas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quienes manejan los hilos que controlan la opinión pública ."
Otro hecho histórico relevante es el acontecido a principios del siglo XX, cuando en la fiesta de despedida a John Swinton, quien fue durante años redactor-gerente del diario The New York Times dedicó el siguiente discurso a sus compañeros :
“ No existe lo que se llama prensa independiente, a menos que se trate de un periódico de una pequeña villa rural. Vosotros lo sabeis y yo lo sé. No hay ni uno solo entre vosotros que ose expresar por escrito su honrada opinión, pero, si lo hiciera, sabéis perfectamente que vuestro escrito no seria nunca publicado. Me pagan 150 dólares semanales para que no publique mi honrada opinión en el periódico en el cuál he trabajado tantos años. Muchos de vosotros reciben salarios parecidos por un trabajo similar y si uno cualquiera de vosotros estuviera lo suficientemente chiflado para escribir su honrada opinión se encontraria en medio de la calle buscando un empleo cualquiera, exceptuando el de periodista. El trabajo de periodista de New York consiste en destruir la verdad, mentir claramente, pervertir, envilecer, arrojarse a los pies de Mammón, vender su propia raza y su patria para asegurarse el pan cotidiano. Vosotros lo sabéis, y yo lo sé ; asi pues ¿ a qué viene esa locura de brindar a la salud de una prensa independiente?"
Edward L. Bernays fue un personaje enormemente relevante dedicado al periodismo, después de graduarse en 1912 en la escuela de agricultura de la Universidad de Cornell, escribió para una revista médica, dónde colaboró con su tío, el célebre Sigumnd Freud, publicando numerosos artículos de éste. Su contacto y colaboración fue en aumento, y de esa relación y colaboración Edward comprendió el funcionamiento de las masas y las teclas que pulsar eficientemente en ellas, apelando al subconsciente para dirigirlas en una dirección u otra. El primero trabajo para el gobierno de EEUU, por parte de Edward, fue formar parte del “ Comite de Información Pública “, la misión del cuál era desinformar lo más posible a la población, de forma que aceptaeen participar en la guerra ( 1ª Guerra mundial ). Mediante hábiles sugerencias del Comité y a través de Hollywood, produjeron varias películas, como “ La Bestia de Berlin “ y “ Al infierno con el Kaiser “ y contrataron a 75000 personas para ir de pueblo en pueblo dando conferencias sobre las atrocidades alemanas, creando así mismo, un gabinete de prensa para intoxicar todos los periódicos con noticias referentes a la amenaza alemana. En 6 meses crearon tal histérica colectiva contra los alemanes, que el congreso, presionado por la opinión pública, autorizó y rogó al presidente de EEUU que entraran en la guerra para acabar con esa amenaza.
En 1919, Edward abrió una oficina para dedicarse a gran escala al negocio de la propaganda. Así mismo, fue el percusor y pionero del termino y sector de las Relaciones públicas, nombre que le puso al termino original de propaganda , por ser menos llamativo y más comercial. Fue el encargado y responsable de la campaña para conseguir que las mujeres comenzasen a fumar, contrató a miles de mujeres para que fumasen en lugares públicos y pagó a directores de cine para que sus actrices fumaran delante de las cámaras y diseño una campaña publicitaria equiparando al cigarrillo con un símbolo fálico y relacionándolo con la liberación de la mujer, en unos meses, que la mujer fumase, pasó de ser un estigma relacionado con la prostitución y denigración, a ser algo chic y sofisticado, para entonces ya todas las mujeres hacian cola para comprar cajetillas de tabaco. Así pues, Edward Berneys tomó las ideas de su tío, el famoso Sigmund Freud y las aplicó a la ciencia de la persuasión de masas. De su obra “ Propaganda “ de 1924 se extrae el siguiente párrafo :
“ Aquellos que manipulan el mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible, que es el verdadero poder que gobierna nuestro país. Somos gobernados, nuestras mentes moldeadas, nuestros gustos formados y nuestra ideas sugeridas mayormente por hombres de los que nunca hemos oido hablar. En casi cualquier acto de nuestras vidas, sea en la esfera de la política, de los negocios, en nuestra conducta social, o en nuestro pensamiento ético, estamos dominados por un número relativamente pequeño de personas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quienes manejan los hilos que controlan la opinión pública ."
Otro hecho histórico relevante es el acontecido a principios del siglo XX, cuando en la fiesta de despedida a John Swinton, quien fue durante años redactor-gerente del diario The New York Times dedicó el siguiente discurso a sus compañeros :
“ No existe lo que se llama prensa independiente, a menos que se trate de un periódico de una pequeña villa rural. Vosotros lo sabeis y yo lo sé. No hay ni uno solo entre vosotros que ose expresar por escrito su honrada opinión, pero, si lo hiciera, sabéis perfectamente que vuestro escrito no seria nunca publicado. Me pagan 150 dólares semanales para que no publique mi honrada opinión en el periódico en el cuál he trabajado tantos años. Muchos de vosotros reciben salarios parecidos por un trabajo similar y si uno cualquiera de vosotros estuviera lo suficientemente chiflado para escribir su honrada opinión se encontraria en medio de la calle buscando un empleo cualquiera, exceptuando el de periodista. El trabajo de periodista de New York consiste en destruir la verdad, mentir claramente, pervertir, envilecer, arrojarse a los pies de Mammón, vender su propia raza y su patria para asegurarse el pan cotidiano. Vosotros lo sabéis, y yo lo sé ; asi pues ¿ a qué viene esa locura de brindar a la salud de una prensa independiente?"
Todas las incertidumbres, contradicciones, así como estos hechos históricos, que no són los únicos que señalan en el mismo sentido, no deberían servirnos para caer en el error de dejar de ser pasivos ante la información de los grandes medios para pasar a serlo con los medios alternativos, pero sí para como mínimo, protegernos del asalto en el inicio del proceso de creación de nuestros pensamientos, ideas y opiniones , para salvaguardar nuestra libertad de conciencia, independientemente del origen de las fuentes. Es muy sencillo para aquel que quiere dirigir un pensamiento en alguién, provocar el rechazo en una dirección, para llevarlo a otra, y en cualquier caso, el efecto en nuestra libertad de pensamiento es el mismo.
Si bien la actitud activa frente a los acontecimientos, sin esperar que nos generen una base, para luego desarrollarla como si fuera nuestra libre opción, cuando los cimientos ya han sido asentados evitando así nuestro libre desarrollo de ideas, es difícil, requiere un esfuerzo, y no nos garantiza obtener la verdad absoluta sobre los acontecimientos, la actitud pasiva nos deja desamparados y sin posibilidades de tener libre opinión, por lo que el esfuerzo por querer saber, sin entregar nuestra virginidad mental frente a los hechos, es la única forma de poder llegar a estar realmente informados. Una sociedad verazmente informada , es una sociedad con argumentos aplicables a la realidad, y por lo tanto con herramientas para participar de una manera activa, proponiendo soluciones con posibilidades de resultados, sin embargo, una sociedad desinformada, y pasiva, que concede su derecho y deber de crear su propio pensamiento, es fácilmente dirigible, e incluso engañable para convencerla que está trabajando en pro de una revolución que la história acabará acallando a través de los años, cómo históricamente ha acontecid, y los datos y hechos así lo demuestran, sin provocar más duda y reflexión en sus participantes, que los errores en su proceder, obviando lo primordial, que es su auséncia de libertad en el inicio de la creación de su opinión.
Si bien la actitud activa frente a los acontecimientos, sin esperar que nos generen una base, para luego desarrollarla como si fuera nuestra libre opción, cuando los cimientos ya han sido asentados evitando así nuestro libre desarrollo de ideas, es difícil, requiere un esfuerzo, y no nos garantiza obtener la verdad absoluta sobre los acontecimientos, la actitud pasiva nos deja desamparados y sin posibilidades de tener libre opinión, por lo que el esfuerzo por querer saber, sin entregar nuestra virginidad mental frente a los hechos, es la única forma de poder llegar a estar realmente informados. Una sociedad verazmente informada , es una sociedad con argumentos aplicables a la realidad, y por lo tanto con herramientas para participar de una manera activa, proponiendo soluciones con posibilidades de resultados, sin embargo, una sociedad desinformada, y pasiva, que concede su derecho y deber de crear su propio pensamiento, es fácilmente dirigible, e incluso engañable para convencerla que está trabajando en pro de una revolución que la história acabará acallando a través de los años, cómo históricamente ha acontecid, y los datos y hechos así lo demuestran, sin provocar más duda y reflexión en sus participantes, que los errores en su proceder, obviando lo primordial, que es su auséncia de libertad en el inicio de la creación de su opinión.