NARRATIVAS |
Número 10 |
La caída de la Diosa de la Sabiduría
por John Lamb Lash. Publicado en 2006, revisado en 2010
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Traducido por North Vortex y M.E.Romero
Correcciones M.E.Romero
Introducción
Aquí se presenta una sinopsis en nueve partes de una versión del sagrado mito de Sofía, la “Diosa caída” de los Misterios Paganos. El escenario de la Diosa caída no es invención de este autor, John Lash. Es su reconstrucción de una narrativa mítica desarrollada por visionarios antiguos que la aplicaron como historia visionaria para guiar a la Humanidad y evolucionar interactivamente con el planeta vivo, Gaia. Considero esta compleja narrativa como la suprema y singular explicación de sentido cósmico producida por la imaginación humana, en verdad, un mito para guiar a las especies.
NOTA (Mayo 2011): La recuperación y reconstrucción del escenario de la Diosa Caída es la única versión completa y coherente de la historia de la visión Sofiánica de los Misterios presentada por cualquier erudito, aún así, no está completa. Faltan tres elementos claves del mito: la creación de la Luna, la separación de los sexos del Antropos (genoma humano), y la llegada de los cazadores de Orion, los primeros hombres que habitaron la Tierra, que en aquel entonces estaba poblada exclusivamente por mujeres.
En su forma común, la visión Sofiánica entra dentro del género de la Teogonía Astral, una narrativa de los eventos celestes, incluyendo las intenciones, sentimientos y acciones de las fuerzas cósmicas concebidas como Dioses y Diosas. Esta versión demuestra un modo posible de exponer el mito: situándolo en un marco astronómico. Para así, quizás, hacerlo mas accesible a la mentalidad moderna. Esta no es la única manera de exponer el mito, pero después de una larga consideración, estoy convencido de que puede ser la manera mas óptima de presentar la visión Sofiánica de los Misterios en el siglo XXI.
Esta narrativa sagrada es el único mito planetario en el mundo que describe el origen del sistema solar, la Tierra, la especie humana y sitúa todo esto en una perspectiva galáctica. Debe entenderse que un mito no es necesariamente fantasía o falsedad, sino una manera veraz de describir eventos de ámbito cósmico, incluyendo la galaxia donde se sitúa la Tierra. “Sofía” es el término astro-teológico para denominar un incremento súbito de energía en el nucleo galáctico que impactó los brazos rotatorios: la “caída de la Diosa” es una erupción desde ese núcleo. Este es un mito animista, atribuyendo los equivalentes a emoción, ideación e intención a las energías cósmicas de la galaxia, imaginativamente realizadas como Dioses y Diosas. Abordo las predecibles objeciones al animismo cósmico en un ensayo relacionado.
“No en su imágen” (“Not in His Image”) contiene una breve sinopsis y una completa expansión de los nueve episodios. “Or Ever the Earth Was” será de ayuda en la orientación al significado único de este mito.
Nota del traductor:
De las dos variantes posibles en Castellano del término en inglés Archon: Arcano o Arcante, hemos escogido Arcano.
Traducido por North Vortex y M.E.Romero
Correcciones M.E.Romero
Introducción
Aquí se presenta una sinopsis en nueve partes de una versión del sagrado mito de Sofía, la “Diosa caída” de los Misterios Paganos. El escenario de la Diosa caída no es invención de este autor, John Lash. Es su reconstrucción de una narrativa mítica desarrollada por visionarios antiguos que la aplicaron como historia visionaria para guiar a la Humanidad y evolucionar interactivamente con el planeta vivo, Gaia. Considero esta compleja narrativa como la suprema y singular explicación de sentido cósmico producida por la imaginación humana, en verdad, un mito para guiar a las especies.
NOTA (Mayo 2011): La recuperación y reconstrucción del escenario de la Diosa Caída es la única versión completa y coherente de la historia de la visión Sofiánica de los Misterios presentada por cualquier erudito, aún así, no está completa. Faltan tres elementos claves del mito: la creación de la Luna, la separación de los sexos del Antropos (genoma humano), y la llegada de los cazadores de Orion, los primeros hombres que habitaron la Tierra, que en aquel entonces estaba poblada exclusivamente por mujeres.
En su forma común, la visión Sofiánica entra dentro del género de la Teogonía Astral, una narrativa de los eventos celestes, incluyendo las intenciones, sentimientos y acciones de las fuerzas cósmicas concebidas como Dioses y Diosas. Esta versión demuestra un modo posible de exponer el mito: situándolo en un marco astronómico. Para así, quizás, hacerlo mas accesible a la mentalidad moderna. Esta no es la única manera de exponer el mito, pero después de una larga consideración, estoy convencido de que puede ser la manera mas óptima de presentar la visión Sofiánica de los Misterios en el siglo XXI.
Esta narrativa sagrada es el único mito planetario en el mundo que describe el origen del sistema solar, la Tierra, la especie humana y sitúa todo esto en una perspectiva galáctica. Debe entenderse que un mito no es necesariamente fantasía o falsedad, sino una manera veraz de describir eventos de ámbito cósmico, incluyendo la galaxia donde se sitúa la Tierra. “Sofía” es el término astro-teológico para denominar un incremento súbito de energía en el nucleo galáctico que impactó los brazos rotatorios: la “caída de la Diosa” es una erupción desde ese núcleo. Este es un mito animista, atribuyendo los equivalentes a emoción, ideación e intención a las energías cósmicas de la galaxia, imaginativamente realizadas como Dioses y Diosas. Abordo las predecibles objeciones al animismo cósmico en un ensayo relacionado.
“No en su imágen” (“Not in His Image”) contiene una breve sinopsis y una completa expansión de los nueve episodios. “Or Ever the Earth Was” será de ayuda en la orientación al significado único de este mito.
Nota del traductor:
De las dos variantes posibles en Castellano del término en inglés Archon: Arcano o Arcante, hemos escogido Arcano.
El mito de Sofía en idioma astronómico
1.- En el Núcleo Galáctico
En un momento dado en el eterno devenir, se presentó una Singularidad en el centro de una galaxia entre las innumerables galaxias del Universo. Esta Singularidad es un torrente espontáneo de nuevas posibilidades, totalmente incondicional e indefinido. |
El Originador no impone nada sobre los poderes cósmicos de diseñadores, es decir, sobre los Generadores o Eones |
Emerge desde la Fuente Universal que es la eterna morada de todas las galaxias, pero que en cada galaxia tiene una identidad única de tal manera que la originalidad se pueda manifestar a través del Universo. En cada galaxia, el Originador es la presencia omnipresente más grande que cualquier divinidad y cualquier entidad individual. Se encuentra más allá del tiempo, del espacio y de la materia. Sin embargo, se convierte en una expresión de tiempo a través del Pleroma, que es el vórtice central de una galaxia en particular.
En el Pleroma habitan el colectivo de entidades cósmicas, que son ondas de energía de la dimensión galáctica. Circulando alrededor del núcleo, estas corrientes masivas de luminosidad viva prosperan con sonidos, olores e incluso sabor. Sus formas son serpentinas de corrientes torrenciales y sus sustancias son como las hebras de un ovillo auto-generador de luminosidad. Estas corrientes plerómicas reciben la Singularidad de potencial puro del Originador y la tornan en una expresión. Ellos convierten la semilla de originalidad sin forma en un diseño de onda estacionaria que puede eventualmente manifestarse en el espacio, el tiempo y la materia más allá del núcleo galáctico. El Originador no impone nada sobre los poderes cósmicos de diseñadores, es decir, sobre los Generadores o Eones. La Singularidad que se entrega a los Eones es un potencial indefinido para la innovación, sin firma y sin codificación. No tiene estructura prediseñada. Es posibilidad pura e incondicionada. La Singularidad es como un gran estremecimiento, pero infinitamente suave que entra en erupción desde el centro galáctico y se extiende a través de las ondas corales del Pleroma, el colectivo de los torrentes aeónicos.
En el Pleroma habitan el colectivo de entidades cósmicas, que son ondas de energía de la dimensión galáctica. Circulando alrededor del núcleo, estas corrientes masivas de luminosidad viva prosperan con sonidos, olores e incluso sabor. Sus formas son serpentinas de corrientes torrenciales y sus sustancias son como las hebras de un ovillo auto-generador de luminosidad. Estas corrientes plerómicas reciben la Singularidad de potencial puro del Originador y la tornan en una expresión. Ellos convierten la semilla de originalidad sin forma en un diseño de onda estacionaria que puede eventualmente manifestarse en el espacio, el tiempo y la materia más allá del núcleo galáctico. El Originador no impone nada sobre los poderes cósmicos de diseñadores, es decir, sobre los Generadores o Eones. La Singularidad que se entrega a los Eones es un potencial indefinido para la innovación, sin firma y sin codificación. No tiene estructura prediseñada. Es posibilidad pura e incondicionada. La Singularidad es como un gran estremecimiento, pero infinitamente suave que entra en erupción desde el centro galáctico y se extiende a través de las ondas corales del Pleroma, el colectivo de los torrentes aeónicos.
En todos los casos, cuando surge una Singularidad en el centro galáctico, ésta es diseñada de manera diferente a cualquier otra por los Eones de cada galaxia, los cuales son infinitamente creativos, innovadores y vivaces. Una vez diseñada, la Singularidad se puede proyectar desde el núcleo galáctico a la región periférica de las extremidades, que son los Brazos Espirales que circulan alrededor del Pleroma. Esta región es el reino del potencial finito, llamada el Kenoma, en contraste con el potencial infinito del Pleroma, que es la matriz de los Generadores.
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Los Brazos Espirales son las regiones de actividad constante. Al igual que una rueda de molino, los Brazos Espirales muelen las estrellas, los planetas, los cometas y los asteroides de la molienda restante de galaxias anteriores. El Dema, la materia elemental densa de los Brazos Espirales, es caótica e inorgánica consistente de materia atómica
e incluso de sustancias más finas, mera espuma cuántica. A pesar de esto, el Dema posee una especie de poder de auto organización, de tal modo que le permite formarse y reformarse plásticamente para servir de base para muchos sistemas de mundos. El refundido infinito de la materia en los Brazos Espirales está sujeto a los mecanismos de involución similares a los de un molino, como la interacción de las masas por reacción y repulsión, la rotación diferencial y a fuerzas que están totalmente ausentes en el núcleo galáctico.
e incluso de sustancias más finas, mera espuma cuántica. A pesar de esto, el Dema posee una especie de poder de auto organización, de tal modo que le permite formarse y reformarse plásticamente para servir de base para muchos sistemas de mundos. El refundido infinito de la materia en los Brazos Espirales está sujeto a los mecanismos de involución similares a los de un molino, como la interacción de las masas por reacción y repulsión, la rotación diferencial y a fuerzas que están totalmente ausentes en el núcleo galáctico.
2. Una Singularidad Codificada
La masa del núcleo galáctico late al ritmo de danzas de corrientes alternadas, energías de género. Las corrientes masculinas fluyen a través de la masa plerómica con una acción repetitiva, como filamentos extrudidos a través de un tamiz. Las corrientes femeninas fluyen con una potencia de expulsión que labra el camino delante de ellas vaciándolo. La repetición y la extracción son las expresiones de género constantes de los Generadores.
En una galaxia en particular, una Singularidad proveniente desde el Originador es recibida por dos Eones con el equivalente de género, femenino y masculino: el Eón Sofía y su homólogo, el Eón Thelete. Este nombre significa “el destinado a” o “libre albedrío”. En una actividad conjunta, estos dos Eones equilibran entre ellos la Singularidad y la hacen danzar en un diseño particular.
Cada Generador es una onda energética con propiedades y características inherentes. Tal como una corriente que se mueve a lo largo de una fibra óptica puede transportar una señal, estas formas de ondas también portan una amplia diversidad de impulsos con una determinada configuración. Los Eones receptores de la Singularidad imparten a esta una selecta combinación de sus atributos, realizando un diseño único, nunca antes manifestado. La actividad combinada de estos dos Eones impregna la Singularidad con un conjunto de propiedades inherentes derivadas de sus propios impulsos. Ellos codifican el potencial puro de la Singularidad con propiedades definidas que pueden desarrollarse en una manera distintiva cuando se le proporciona un Sistema de Mundo como un escenario para esas propiedades. En este caso, Sofía y Thelete diseñaron una forma de vida, la plantilla de una especie, el Antropos. La configuración específica del Antropos es una expresión de la visión creativa de la díada cósmica, el par de Generadores. El Genoma Humano tiene su origen en una danza de energías cósmicas en el Núcleo Galáctico.
Yab-yum Budista: imagen iconográfica de Dioses copulando, que puede compararse con el acoplamiento de los Eones en el núcleo galáctico. Sin embargo, los Eones danzan, estan energética y emocionalmente en movimiento, mientras que el yab-yum es una imagen estática. Aún así, la misma idea arquetípica de la unión divina es expresada en ambos casos. Debe de tenerse en cuenta, sin embargo, que los Dioses diseñadores o Generadores Plerómicos no se propagan por analogía a la reproducción biológica; mas bien por analogía al juego, un acto de placer. La historia de la visión Gnóstica sigue la norma narrativa del Tantra Hindú, según el cual, Shiva y Shakti, las energías imbuidas de género, producen el mundo desde las vibraciones de placer generadas a través de su coito, no por la inseminación y concepción debida al coito. Esta diferenciación ilustra la diferencia entre la cosmología emanacionista (no-reproductiva) y creacionista (reproductiva).
Traducido por M.E.Romero3. La Proyección del Antropos
Terminada la danza creativa de Sofía y Thelete, la Singularidad está configurada y lista para ser puesta en libertad. En un acto colectivo de emanación, todos los Eones que circulan en el Núcleo Galáctico fusionan sus corrientes para formar un enrejado, como una placa holográfica. Utilizando el enrejado como una lente, los Eones Plerómicos en su totalidad proyectan el Antropos en la región más allá de la membrana exterior que delimita el Núcleo Galáctico. Ahí afuera está el Kenoma, la zona de formación de materia oscura elemental (Dema) que gira en el carrusel inmenso de los Brazos Espirales. La Singularidad Codificada será sembrada en el Dema donde los mundos nuevos están constantemente surgiendo, para que el Antropos pueda tener un hábitat, un mundo propio en el que desplegar su potencial singular. Muchas cepas de la humanidad pueden surgir de la plantilla proyectada y la innumerable cantidadde Sistemas de Mundo que surgen y se disuelven en las extremidades de la galaxia proporcionan una gran oportunidad para que estas cepas puedan echar raíces y desarrollarse.
Terminada la danza creativa de Sofía y Thelete, la Singularidad está configurada y lista para ser puesta en libertad. En un acto colectivo de emanación, todos los Eones que circulan en el Núcleo Galáctico fusionan sus corrientes para formar un enrejado, como una placa holográfica. Utilizando el enrejado como una lente, los Eones Plerómicos en su totalidad proyectan el Antropos en la región más allá de la membrana exterior que delimita el Núcleo Galáctico. Ahí afuera está el Kenoma, la zona de formación de materia oscura elemental (Dema) que gira en el carrusel inmenso de los Brazos Espirales. La Singularidad Codificada será sembrada en el Dema donde los mundos nuevos están constantemente surgiendo, para que el Antropos pueda tener un hábitat, un mundo propio en el que desplegar su potencial singular. Muchas cepas de la humanidad pueden surgir de la plantilla proyectada y la innumerable cantidadde Sistemas de Mundo que surgen y se disuelven en las extremidades de la galaxia proporcionan una gran oportunidad para que estas cepas puedan echar raíces y desarrollarse.
Ella idealiza la situación, imaginando un sistema de tres cuerpos - estrella-planeta-luna - donde una cepa de los Antropos tendría una oportunidad óptima para descubrir y desarrollar sus talentos codificados, incluso para alcanzar obras de genialidad. |
Imagina un tallo hueco de luz en forma de un inmenso conducto opalescente con el diseño genómico en su interior. La plantilla del genoma de la humanidad es una proyección estéreo-mórfica en las regiones externas de la galaxia. Manteniéndose dentro de los límites del Núcleo Galáctico, los Eones inyectan el genoma pre-diseñado en las regiones exteriores de la galaxia como si lo hicieran a través de un tubo de vidrio o una pipeta. Actuando al unísono, los Generadores implantan el potencial de originalidad de la especie humana en los brazos del carrusel, al igual que un óvulo fertilizado se implanta en la pared del útero.
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Para los Eones, la proyección de la plantilla antrópica diseñada por Sofía y Thelete es el primer momento del Experimento Divino. Desde el centro de la galaxia, los Eones observarán cómo la Cepa Humana se propaga y desarrolla todo su potencial de originalidad en muchos Sistemas de Mundo. Su acto de proyección se puede comparar a la acción de soñar más que a la reproducción biológica de hijos por dos padres o la creación de artefactos por un alfarero que hace girar una vasija. Esta proyección se trata de un proceso de emanación, no creación.
La Humanidad no es la progenie de Seres Divinos, hechos a su imagen, sino la expresión de la Imaginación Divina de los Generadores que diseñan y proyectan Singularidades Cósmicas en manifestaciones de formas libres en una miríada de mundos.
La Humanidad no es la progenie de Seres Divinos, hechos a su imagen, sino la expresión de la Imaginación Divina de los Generadores que diseñan y proyectan Singularidades Cósmicas en manifestaciones de formas libres en una miríada de mundos.
Los Eones Plerómicos proyectan el Antropos en las extremidades galácticas con la intención de ubicarlos en un destino preciso. Ellos incrustaron la plantilla para la incubación en una nube molecular o nebulosa galáctica en el tercer brazo espiral, contando hacia fuera. La humedad fértil de la nebulosa es el medio ideal para la anidación de la nueva y compleja vida. Una vez hecho esto, los Generadores retiran su acción proyectiva y retroceden para observar en imparcialidad lo que sucede a continuación.
Energéticamente, los Generadores no sobrepasan los límites del Pleroma, la matriz de potencial infinito. Ellos permanecen dentro de los límites del núcleo; sin embargo, ellos observan y sienten lo que está más allá en el Kenoma, la matriz del potencial finito. El deleite de los Eones es contemplar el surgimiento y disolución espontánea de miles de mundos y adivinar las aventuras de las criaturas que emergen en esos mundos. Para esto, ellos utilizan una especie de empatía cósmica que no requiere que ellos entren o intervengan en los mundos que ellos presencian. |
Los Eones son sensibles, sienten intensamente y responden a lo que observan, pero mantienen su imparcialidad. Los dioses cósmicos son imparciales: ellos no imponen su voluntad para lograr un resultado en cualquiera de los experimentos que se desarrollan en las extremidades de la galaxia. Por encima de todo, ellos no entran directamente en los experimentos que han diseñado y puesto en marcha a través de la externalización en los brazos espirales. No es lo usual que esto ocurra.
Pero en un momento determinado, un Generador en el colectivo de esta galaxia en particular responde con más intensidad que los demás Eones a la observación de la Plantilla Antropos que está siendo anidada en la nube molecular de Orión. Mientras que los otros Eones retroceden, el Eón llamado Sofía siente una inusual agitación de sus corrientes. El equivalente cósmico del deseo atrae a Sofía hasta el límite del Pleroma, donde ella permanece. El Eón Sofía siente una atracción profunda e inquietante hacia lo que ella contempla. Ella es capturada por la fascinación total de ver cómo el Antropos va a evolucionar y manifestar su potencial único. Apartando sus corrientes del colectivo general, Sofía reflexiona sobre un mundo futuro donde la Singularidad Humana surgirá y prosperará. Ella simpatiza intensamente con la criatura humana que aparecerá en el experimento divino que ahora está en marcha. Siendo uno de los Eones que ha configurado el genoma, ella toma un interés inusual en su desarrollo futuro y lo hace de manera unilateral, sin consultar con su homólogo, el Eón Thelete. Este es un comportamiento inusual en un Generador, transgrediendo la norma, pero está dentro de la libertad permitida por el Originador que tales desarrollos puedan surgir.
El Eón Sofía ahora formula su propio acto de soñar descriptivo, centrada en la plantilla resplandeciente suspendida en los brazos espirales. Independiente de los otros Eones, esta onda torrencial sueña por su cuenta lo que le podría pasar a una cepa de los Antropos. En su libertad, Sofía es impetuosa y audaz. Ella va mucho más allá de lo que otros Eones suelen hacer para anticipar cómo un cierto experimento podría desenvolverse. Ella idealiza la situación, imaginando un sistema de tres cuerpos - estrella-planeta-luna - donde una cepa de los Antropos tendría una oportunidad óptima para descubrir y desarrollar sus talentos codificados, incluso para alcanzar obras de genialidad. Sofía está tremendamente emocionada por las perspectivas del experimento divino que acaba de ser sembrado en el Kenoma, la matriz del potencial finito.
Pero en un momento determinado, un Generador en el colectivo de esta galaxia en particular responde con más intensidad que los demás Eones a la observación de la Plantilla Antropos que está siendo anidada en la nube molecular de Orión. Mientras que los otros Eones retroceden, el Eón llamado Sofía siente una inusual agitación de sus corrientes. El equivalente cósmico del deseo atrae a Sofía hasta el límite del Pleroma, donde ella permanece. El Eón Sofía siente una atracción profunda e inquietante hacia lo que ella contempla. Ella es capturada por la fascinación total de ver cómo el Antropos va a evolucionar y manifestar su potencial único. Apartando sus corrientes del colectivo general, Sofía reflexiona sobre un mundo futuro donde la Singularidad Humana surgirá y prosperará. Ella simpatiza intensamente con la criatura humana que aparecerá en el experimento divino que ahora está en marcha. Siendo uno de los Eones que ha configurado el genoma, ella toma un interés inusual en su desarrollo futuro y lo hace de manera unilateral, sin consultar con su homólogo, el Eón Thelete. Este es un comportamiento inusual en un Generador, transgrediendo la norma, pero está dentro de la libertad permitida por el Originador que tales desarrollos puedan surgir.
El Eón Sofía ahora formula su propio acto de soñar descriptivo, centrada en la plantilla resplandeciente suspendida en los brazos espirales. Independiente de los otros Eones, esta onda torrencial sueña por su cuenta lo que le podría pasar a una cepa de los Antropos. En su libertad, Sofía es impetuosa y audaz. Ella va mucho más allá de lo que otros Eones suelen hacer para anticipar cómo un cierto experimento podría desenvolverse. Ella idealiza la situación, imaginando un sistema de tres cuerpos - estrella-planeta-luna - donde una cepa de los Antropos tendría una oportunidad óptima para descubrir y desarrollar sus talentos codificados, incluso para alcanzar obras de genialidad. Sofía está tremendamente emocionada por las perspectivas del experimento divino que acaba de ser sembrado en el Kenoma, la matriz del potencial finito.
El Arbol de la Vida cabalístico. Un esquema esotérico que recuerda la forma del ADN la de dos hilos entrelazándose con puntos nodales. ¿Es este icono místico un intento de visualizar el diseño formal del patrón del Antropos? ¿Una magistral hazaña de la imaginación humana quizás?... pero esta imágen no es la única forma de visualizar el patrón antrópico. Mas sobre esto a continuación.
Traducido por M.E. Romero4. La Oleada de Energía
Totalmente cautivada en su visión solitaria y cada vez más alejada de los otros Generadores del Pleroma, Sofía visualiza un mundo aún por venir, donde la Humanidad emergerá a vivir, aprender y amar. La visión de los Antropos anidados en la nebulosa compromete sus poderes divinos de soñar de una manera inusual y se involucra de manera intensa y excepcional. En lugar de dejar esta Originalidad Cósmica que madure y se desarrolle por sí misma, de acuerdo a las instrucciones codificadas en su interior, la Corriente Plerómica, cuya firma es la sabiduría, sucumbe a una extraña atracción. Sofía está empeñada profundamente en participar en un experimento con una cepa de los Antropos.
Con una lentitud exquisita, el intenso deseo de Sofía la empuja precariamente cerca de la membrana porosa que delimita el Pleroma, el borde exterior del núcleo galáctico. Su deseo sigue el camino tomado por el Antropos, afuera en el Dema, en el flujo caótico de la materia elemental en los brazos espirales. Empeñada por la expectación de lo que podría pasar ahí afuera, este Eón se alejó gradualmente del núcleo hasta el momento en que se sumerge afuera y se aleja. Como una cascada lenta y retorcida en una trenza de torrentes, el Eón Sofía desciende de manera espiral hacia el objeto de su propio deseo. Las corrientes que componen su forma energética se dilatan en una enorme y poderosa punta, una lengua de luminosidad blanco perla saltando desde el Pleroma, disparando años luz hacia las regiones exteriores.
La Diosa de la Sabiduría cayó fuera del centro galáctico.
La composición lumínica de un Eón, un dios o una diosa plerómica, puede ser llamada Luz Orgánica ya que es orgánica, sensible y capaz de intención como un animal. Esta luminosidad divina tiene dos propiedades que presentan un contraste extraño entre ellas: (1) no tiene masa y (2) posee infinita densidad. La Caída de Sofía produce una nube de Luz Orgánica que se extiende desde el centro galáctico hasta la tercera extremidad de los brazos del carrusel donde la Nebulosa de Orión se encuentra. Allí alcanza el lugar donde se anida la plantilla del genoma de la especie humana, como un patrón de puntos de rocío sobre una telaraña.
5. El Cosmos Arcano
Cuando el Eón Sofía se precipitó fuera del centro galáctico, la inmensa oleada de energía de alta densidad y de cero masa que componen su onda impactó el Dema de una manera totalmente imprevista. El Dema es espuma cuántica compuesta de elementos subatómicos que aún no se han formado en elementos discretos. Es caos puro, pero no es materia muerta. El flujo caótico de la materia elemental es el residuo de los mundos anteriores y la materia prima de los mundos por venir. Incluso el Dema tiene el potencial para la vida, pero no vida orgánica. El Dema resplandece y cruje con un tipo de vida fantasma.
En el polvo residual de los mundos disueltos, vastas regiones de partículas se agitan con atracciones y repulsiones, potenciales consistentes de impulsos que sobran de las cosas vistas y hechas en anteriores mundos, pero que quedaron incompletas cuando aquellos mundos se disolvieron. De estos residuos otros mundos surgen continuamente. En el Kenoma, muchos mundos están en plan de fabricación y algunos se convertirán en los hábitat de especies orgánicas como el Antropos.
Pero la inmersión de este Generador perturba el orden habitual de la evolución cósmica en el Kenoma. El impacto de la poderosa oleada de energía de Sofía sobre el Dema es anómalo, produciendo condiciones extrañas. Los residuos subatómicos de materia elemental de alta densidad no suelen recibir un influjo directo de energías aeónicas provenientes desde el núcleo. Las consecuencias de esta anomalía son extrañas y de largo alcance. Al impactar al Dema, la onda torrencial de este Eón femenino hace una enorme y circular salpicadura al igual que el patrón de ondas de una piedra arrojada a un estanque. Pero en este caso, el cuerpo que impacta no tiene masa y el material afectada tiene la masa de la sustancia primaria. Extrañamente, el patrón de la salpicadura es más parecido a una fractura en un estanque de hielo. Las salpicaduras en el Dema inmediatamente se gelatinizan y se congelan como el endurecimiento del metal fundido al momento en que salpica hacia afuera en un patrón circular.
La corriente torrencial de Sofía porta el poder eónico de animación y se lo imprime al Dema. Esta acción es anómala, porque normalmente un Eón no actúa directamente sobre la física de los brazos espirales. Pero ahora este Generador ha puesto su energía en contacto directo con el Dema y Sofía con su poder de soñar desencadena una serie de eventos que no puede resistir o impedir. Al igual que todos los Generadores, la diosa de la sabiduría posee la intención de super animación. Para una entidad cósmica, el mero hecho de prestar atención espontáneamente causa que forma y actividad surjan. Como si con sólo mirar un capullo de rosa tú pudieras hacerlo florecer o por el hecho de mirar una mancha en una piscina pudieras provocar que formas microscópicas de vida comenzaran a crecer, mutar, combinar y se agruparan en colonias. Sólo por el poder inherente a tu atención.
Precisamente de esta manera es que donde quiera que Sofía dirige su atención el Dema brota de vida y adquiere forma. Para su horror y asombro, el Eón se ve rodeada por criaturas extrañas, una especie de fantasma generado a partir de la materia elemental: los Arcanos. Estas entidades son legiones, como un enjambre de langostas. Al no tener lugar para posarse, la masa gira en torno a Sofía, absorbidos y repelidos por sus corrientes una y otra vez. Ellos se mueven como enjambres de abejas o langostas en una masa circular, pero no de una manera caótica. Debido a los poderes innatos del diseño de la intención cósmica, los Arcanos surgen en una especie de desfile, un patrón de iteraciones fractales. Los Arcanos son una especie inerte e inorgánica por lo que inmediatamente adquieren una especie de vida sombría a partir de la super animación de los poderes soñadores del Eón.
Generación de “caballos de mar” fractales quasi-embriónicos a alta repetición del Conjunto de Mandelbrot, eficaz para visualizar el efecto de fractura de Sofía en la materia elemental del Dema, produciendo la especie pre-terrestre de los Arcanos. La fractalización es el sello de un Eón o Generador, la expresión de “los poderes innatos de diseño de la intención cósmica”. En términos Gnósticos, la intención es ennoia y la capacidad de diseño de intención divina es autogenes, “auto-generadora, autopoética.” La Teoría de la Complejidad (antes conocida como Teoría del Caos Estocástico) ahora reconoce en la autopoiesis la firma de la vida orgánica en la Tierra y la auto-organización inteligente en el resto del cosmos. La Teoría de la Complejidad deriva de especulaciones inicialmente suscitadas por repeticiones fractales tales como el Conjunto de Mandelbrot.
Traducido por M.E. RomeroA medida que ella contempla el efecto secundario monstruoso de su poder divino, el Eón Sofía ve una forma inconfundible en el patrón de la fractura que ella ha hecho en el Dema: algo así como un feto abortado, una forma humana nacida prematuramente con una cabeza de gran tamaño y de extremidades delgadas. La cabeza y el cuerpo de esta criatura son hábiles y racionales. Este no es el Antropos que ella diseñó con Thelete sino una distorsión grotesca de ese diseño. Esta especie con forma de recién nacido se multiplica así mismo fractalmente en millones de entidades dispuestas en ondas de cascada a través de la zona de impacto circular donde su energía en forma de pluma esta suspendida. Las fuerzas de agitación en los brazos espirales comienzan a amarrar al Eón con una intensidad extrema, contrayendo su forma de onda. Bajo la influencia de la alta compresión de la materia elemental en las extremidades galácticas, la pluma de Sofía de Luz Orgánica se tuerce en un nudo, que se ensortija sobre sí misma en algo así como una contracción fetal. La fractura circular en el Dema se concentra en un vórtice apretado que rodea el Eón, bloqueando el libre flujo de las corrientes que la forman.
Para su asombro, Sofía se da cuenta de que ella es ahora la madre de una especie extraña que ha surgido del Dema debido al impacto de sus corrientes divinas, pero sin su intención divina. Tales son las consecuencias contranaturales de su precipitada caída del centro cósmico. Pero ahora algo aún más raro ocurre. Sofía ve una mutación inconfundible en el enjambre de Arcanos: una figura agresiva aparece, una forma con cuerpo de dragón con la cabeza de un león que brama y ruge. Esta mutación reptil de la horda arcana rápidamente domina las criaturas embriónicas y asume la función de Señor Supremo. Toda la colonia de Arcanos cobra vida con el Señor Supremo reptiloide, quien asume una postura de omnidios sobre el resto de las especies.
El Señor Supremo de las especies arcanas rápidamente se hizo consciente de sí mismo y de su entorno. Él se pavonea y acicala delante de la horda de enjambres que han emergido desde el patrón de fractura del impacto de Sofía. Él es la arrogancia ciega y consagrada, y él está realmente ciego. Mirando a su alrededor, el jerarca de los Arcanos no ve el Pleroma ni a los Antropos, ni siquiera puede ver al Eón Sofía. Este monstruo, el Demiurgo, toma la zona de impacto por todo el cosmos y se declara a sí mismo como señor de todo lo que ve. “Yo soy el único dios y no haya otros antes que yo.” El Señor Supremo de los Arcanos es delirante, cree que él ha creado el cosmos primario en el cual él se encuentra junto con un sin número de secuaces de Arcanos embriónicos.
Sofía se da cuenta de que algo terriblemente extraño está en marcha. Aquí ella contempla una especie cósmica propagada por error, por lo que no tiene un hábitat adecuado para sí misma. A diferencia del Antropos, que es una producción de la imaginación divina intencionalmente proyectada desde el interior del núcleo galáctico, los Arcanos surgen involuntariamente fuera del núcleo, en las extremidades de borde de la galaxia. Testigo de este espectáculo extraño, el Eón está constantemente consciente de la presencia de los Antropos incrustados en una nebulosa galáctica cerca de donde ella ha impactado al Dema, el tercero de los brazos espirales de la galaxia, contando hacia el exterior.
Los Arcanos no pueden girar alrededor del vórtice de Dema por siempre. Un entorno más estable se les debe proveer. Y además, el Jerarca Arcano quiere un reino que refleje su omnipotencia falsa y sus impulsos arrogantes. Él desea organizar mansiones celestiales fantásticas para sí mismo, pero ya que él no posee intencionalidad ni voluntad propia no puede crear nada. Los Arcanos no son el producto de la intencionalidad divina como el Antropos, la plantilla del genoma de la humanidad. Los Arcanos son una especie de cyborg inorgánicos. A la manera de robots programados para tareas repetitivas, ellos pueden imitar pero no pueden originar. Ellos pueden copiar o simular la vida, pero no pueden manifestar la dinámica íntima de la vida. Los Arcanos son una especie que imita y que toma prestado los poderes y facultades que posee de la energía divina del Eón, la diosa caída, su madre involuntaria.
Los Arcanos no pueden girar alrededor del vórtice de Dema por siempre. Un entorno más estable se les debe proveer. Y además, el Jerarca Arcano quiere un reino que refleje su omnipotencia falsa y sus impulsos arrogantes. Él desea organizar mansiones celestiales fantásticas para sí mismo, pero ya que él no posee intencionalidad ni voluntad propia no puede crear nada. Los Arcanos no son el producto de la intencionalidad divina como el Antropos, la plantilla del genoma de la humanidad. Los Arcanos son una especie de cyborg inorgánicos. A la manera de robots programados para tareas repetitivas, ellos pueden imitar pero no pueden originar. Ellos pueden copiar o simular la vida, pero no pueden manifestar la dinámica íntima de la vida. Los Arcanos son una especie que imita y que toma prestado los poderes y facultades que posee de la energía divina del Eón, la diosa caída, su madre involuntaria.
Helecho cabeza de violín : la elegante forma de esta planta sugiere la involución rizada del haz de Luz Orgánica, la contracción natural de un sistema vivo de energía en un ambiente hostil, inerte. En la naturaleza, la cabeza del helecho se abre desde la punta hacia afuera, pero en su situación anómala, la Diosa Caída puede ser imaginada como enrollando su haz hacia un punto terminal o nodo cerrado. Pero aún, en este proceso involutivo, la luminosidad de la Luz Orgánica retiene su poder de organización fractal, la marca por excelencia de los Eones en el núcleo galáctico. En la cosmología Gnóstica, a este poder se le llama autogenes, “auto-generador”, recordando la autopoesis de la moderna teoría de la complejidad y biofísica Gaiana.
Traducido por M.E.Romero6. Nace una Estrella
Sofía siente algo parecido a la compasión por la difícil situación de los Arcanos y su Señor Supremo, el Demiurgo. Ellos son, en cierto sentido, su descendencia y ella es responsable de su supervivencia y de su destino final. Pero ellos son una especie ciega, furiosa, pululando sin sentido e intención. ¡..Ellos ni siquiera tienen un dominio propio para habitar..! Sofía da una porción de su poder de soñar al arcano principal para que él vea el Pleroma, pero él no comprende lo que está viendo. Para él, las energías que viven en el núcleo galáctico aparecen como una matriz de caleidoscopio con rayos de colores en patrones regulares. El Demiurgo ordena a su legión de zánganos celestiales imitar estos diseños fractales de vida. Desde la zona de fractura que Sofía impactó ahora emerge el disco proto planetario, la base de un sistema mundo estable en el que los Arcanos pueden construir un sistema de mansiones celestiales que imita los diseños divinos de los Generadores en el Pleroma. Pero el paraíso arcano es tan sólo una simulación del diseño plerómico, un mero andamiaje de un mecanismo de relojería, majestuoso en sus propios términos pero rígido y sin vida.
El sistema de mundo inorgánico de los Arcanos está sujeto a la influencia de otras fuerzas cósmicas en la región de la extremidad galáctica en el que emerge. Al principio, toma la forma de un disco proto planetario con bandas distintivas, en lugar de un sistema totalmente orquestado por planetas en rotación. Mientras el cosmos arcano no tenga un foco central seguirá siendo incipiente e inestable. Entonces, algo sucede en la región inmediata de la Dema que afectará radicalmente la actividad arcana. Desde la Nebulosa de Orión, la nube molecular donde la plantilla del Antropos está depositada, una estrella recién nacida emerge, como a menudo lo hacen las estrellas en las extremidades galácticas. Las nebulosas galácticas son las encubadoras de estrellas recién nacidas. Las estrellas están continuamente naciendo en las profundidades de la M42, la Nebulosa de Orión, y expulsadas como balas de fuego de cañón hacia los brazos galácticos. Las fuerzas involucradas en el nacimiento de las estrellas son independientes de los Arcanos y superiores a ellos, aunque involucran los mismos materiales atómicos puros y materia elemental.
Debido al estado de masa libre de la Luz Orgánica, el Eón Sofía es incapaz de proporcionar un punto de gravitación para el cosmos arcano. Su flujo de energías está cada vez más constreñido por las presiones masivas generadas en los brazos del carrusel, condiciones totalmente ausentes en el núcleo galáctico. Sofía gira en torno a sí misma, la pluma de expulsión se encrespa en un nudo en la medida que el Dema se cierra sobre ella en una nube densa y oscura. Su pluma reducida queda suspendida insegura en la extremidad galáctica en la medida que las fuerzas de la región siguen su propio curso. Sofía observa el cosmos arcano tomar forma. Al mismo tiempo, ella es muy consciente de la presencia del Antropos, un laberinto brillante incrustado en la Nebulosa de Orión.
Sofía siente algo parecido a la compasión por la difícil situación de los Arcanos y su Señor Supremo, el Demiurgo. Ellos son, en cierto sentido, su descendencia y ella es responsable de su supervivencia y de su destino final. Pero ellos son una especie ciega, furiosa, pululando sin sentido e intención. ¡..Ellos ni siquiera tienen un dominio propio para habitar..! Sofía da una porción de su poder de soñar al arcano principal para que él vea el Pleroma, pero él no comprende lo que está viendo. Para él, las energías que viven en el núcleo galáctico aparecen como una matriz de caleidoscopio con rayos de colores en patrones regulares. El Demiurgo ordena a su legión de zánganos celestiales imitar estos diseños fractales de vida. Desde la zona de fractura que Sofía impactó ahora emerge el disco proto planetario, la base de un sistema mundo estable en el que los Arcanos pueden construir un sistema de mansiones celestiales que imita los diseños divinos de los Generadores en el Pleroma. Pero el paraíso arcano es tan sólo una simulación del diseño plerómico, un mero andamiaje de un mecanismo de relojería, majestuoso en sus propios términos pero rígido y sin vida.
El sistema de mundo inorgánico de los Arcanos está sujeto a la influencia de otras fuerzas cósmicas en la región de la extremidad galáctica en el que emerge. Al principio, toma la forma de un disco proto planetario con bandas distintivas, en lugar de un sistema totalmente orquestado por planetas en rotación. Mientras el cosmos arcano no tenga un foco central seguirá siendo incipiente e inestable. Entonces, algo sucede en la región inmediata de la Dema que afectará radicalmente la actividad arcana. Desde la Nebulosa de Orión, la nube molecular donde la plantilla del Antropos está depositada, una estrella recién nacida emerge, como a menudo lo hacen las estrellas en las extremidades galácticas. Las nebulosas galácticas son las encubadoras de estrellas recién nacidas. Las estrellas están continuamente naciendo en las profundidades de la M42, la Nebulosa de Orión, y expulsadas como balas de fuego de cañón hacia los brazos galácticos. Las fuerzas involucradas en el nacimiento de las estrellas son independientes de los Arcanos y superiores a ellos, aunque involucran los mismos materiales atómicos puros y materia elemental.
Debido al estado de masa libre de la Luz Orgánica, el Eón Sofía es incapaz de proporcionar un punto de gravitación para el cosmos arcano. Su flujo de energías está cada vez más constreñido por las presiones masivas generadas en los brazos del carrusel, condiciones totalmente ausentes en el núcleo galáctico. Sofía gira en torno a sí misma, la pluma de expulsión se encrespa en un nudo en la medida que el Dema se cierra sobre ella en una nube densa y oscura. Su pluma reducida queda suspendida insegura en la extremidad galáctica en la medida que las fuerzas de la región siguen su propio curso. Sofía observa el cosmos arcano tomar forma. Al mismo tiempo, ella es muy consciente de la presencia del Antropos, un laberinto brillante incrustado en la Nebulosa de Orión.
La “caida” de la Diosa de la Sabiduría: una emanación de energía desde el centro galáctico (linea dorada) forma una pluma inmensa que impacta la materia elementaldel brazo galáctico ( delimitado por las lineas azules). Este impacto precipita las condiciones para la formación de un disco protoplanetario (PPD), un vórtice de materia elemental (dema). Inicialmente, el disco consiste en ondas ondulantes en patrón de fractura –pero, extrañamente, este patrón cobra vida debido al poder de intención capaz de dar vida de Sofía. Los Arcones emergen en cascadas fractales y circulan caóticamente como una nube de abejas o langostas, una especie sin hábitat fijo. El disco protoplanetario no tiene un centro estable, pero entonces una nueva estrella erupciona desde la Nébula de Orion (O.N.) donde la plantilla del Antropos (diseño reticular) está anidado. La enorme masa de esta estrella provoca la transformación del disco inestable a un sistema planetario con vias orbitales regulares, con la estrella fija en su centro. La Tierra, por otro lado, no es formada de esta manera. Eventualmente se solidifica desde el punto de involución de la pluma energética expulsada desde el centro galáctico. La divina luminosidad de la Diosa (Luz Orgánica) se transforma en una serie de elementos naturales que acaban englobados dentro de un planeta orgánico. Después, la Tierra es capturada dentro del mecanismo celestial de los Arcanos, el sistema planetario inorgánico.
Traducido por M.E. RomeroEl jerarca superior arcano, el Demiurgo, desea controlar la copia del cielo que él ha construido, pero el centro del disco proto planetario no se sostendrá debido a la falta de masa suficiente para equilibrarse en contra de la masa total de los elementos que lo componen. Un sistema planetario estable debe ser sostenido por un sol central, una estrella. Afortunadamente para el Demiurgo, la estrella que se ha precipitado desde la Nebulosa de Orión posee la masa requerida. Y está compuesta de elementos inorgánicos comparables a los del reino arcano de materia elemental, el Dema: la física de la estrella y del disco proto planetario son compatibles.
Respondiendo de igual forma a las leyes de la materia elemental, el vórtice arcano y el sol recién nacido se combinan. Poco a poco, la espiral turbulenta y plana de la zona de impacto asume la forma de un disco multi-banda con el sol recién nacido en su centro, un núcleo brillante y vibrante. Los cuerpos planetarios formándose en el Dema y los metales incandescentes forjados dentro de la estrella recién nacida producen un cosmos de una sola estrella, un sistema solar con planetas en rotación. Los Arcanos ahora tienen un tipo de hábitat. Ellos se reunen alrededor del Demiurgo, que falsamente cree que él es el creador de este mecanismo de relojería. La deidad demente gobierna sobre su reino, el sistema planetario excluyendo la Tierra, el Sol y la Luna.
La Tierra no pertenece a este sistema planetario diseñado y habitado por los Arcanos. La Tierra no se ha formado aún y no emergerá en la misma forma que el sistema planetario inorgánico. Los Arcanos reciben su nombre de la raíz archai, “primero, desde el principio” porque ellos estaban presentes antes de que la Tierra apareciera.
7. El Planeta Vivo
Lentamente y con una desorientación cada vez mayor, el Eón Sofía cambia de su estado natural de torrente de luz viva a otra cosa, algo así como un mundo multicolor de cuajo denso. La pluma de la expulsión se enrosca sobre sí misma en su extremo y el flujo largo de energía que se extendía hasta el Pleroma se disipa. Pero a pesar de esta deformación, el Eón sigue estando dotado de percepción e intención. La poderosa atracción que tira a Sofía desde el centro galáctico está aún actuando. La atención de la diosa de la sabiduría sigue volviendo a la fuente de sus dificultades, la plantilla del genoma anidada en la Nebulosa de Orión.
Lentamente y con una desorientación cada vez mayor, el Eón Sofía cambia de su estado natural de torrente de luz viva a otra cosa, algo así como un mundo multicolor de cuajo denso. La pluma de la expulsión se enrosca sobre sí misma en su extremo y el flujo largo de energía que se extendía hasta el Pleroma se disipa. Pero a pesar de esta deformación, el Eón sigue estando dotado de percepción e intención. La poderosa atracción que tira a Sofía desde el centro galáctico está aún actuando. La atención de la diosa de la sabiduría sigue volviendo a la fuente de sus dificultades, la plantilla del genoma anidada en la Nebulosa de Orión.
La apariencia de la plantilla del Antropos anidada en la Nébula de Orion puede ser imaginada como el patrón del rocío en una tela de araña, pero un exámen mas detenido revela que los nódulos brillantes del patrón son densos cúmulos de entramado fúngico o mycelium con apariencia de filamentos. La pelusa de la Asclepia presenta una buena analogía visual.
Traducido por M.E. RomeroContemplando el sistema planetario construido por la colmena de Arcanos, Sofía está sorprendida por lo que ella ha producido involuntariamente, pero cuando su atención se dirige hacia los Antropos, ella recuerda cómo llegó a esta situación en primer lugar. A medida que sus corrientes de Luz Orgánica se retuercen más y más hacia un punto de gravedad en el Dema, el Eón experimenta una metamorfosis masiva. Los planetas del sistema arcano son inorgánicos, incapaces de soportar la vida, pero ahora Sofía siente que se está convirtiendo en un planeta, pero de un tipo muy diferente, una génesis diferente.
Con toda la fuerza Divina que quedaba en ella, Sofía concentró su pasión en el Antropos, sosteniendo esa ténue imagen luminosa en el centro de su corazón como un precioso yidam, una deidad imaginada. Y cuando el momento crucial llegó, no cesó en su soñar a la singularidad humana. Tal era la fuerza de su fidelidad a esa imágen que mientras giraba –sus vastos torrentes de Luz Orgánica torsionándose hacia la forma material– viró rápidamente a través del brazo galáctico y a través de la niebla nebular hacia el Trapecio donde la plantilla estaba incrustada. Al hacer esto, arrancó parte de la plantilla antes de girar de nuevo hacia afuera y colapsó dentró del mecanismo gravitacional del mundo Arcano. Tal fue su inaudito acto final de anhelo.
Cuando el Aeón Sofía viró velózmente hacia el interior de Orion y desgarró la plantilla, tomó parte del genoma del Antropos consigo, y el rocío nucléico desgarrado a modo de una cinta hecha jirones fue absorbido dentro del blando globo de la tierra maternal. Al desgarrar la plantilla, Sofía causó la separación de los sexos y precipitó las condiciones para la reproducción mitótica en la especie humana, lo que no era una característica en su soñar original.
Este torrente de Luz Orgánica se transforma en un cuerpo planetario que no pertenece
al reino de los Arcanos, pero que queda atrapado en él. Sofía se transforma en un planeta que es orgánico, sensible y consciente de sí mismo. Pero la vida que ella adquiere a través de esta transformación es diferente de la vida que ella disfrutaba entre los Eones Plerómicos. No es una vida individual, completa, sin fisuras, integral y autónoma, sino una vida de dependencia e interrelación, una red extensa de complejidad precaria.
Con toda la fuerza Divina que quedaba en ella, Sofía concentró su pasión en el Antropos, sosteniendo esa ténue imagen luminosa en el centro de su corazón como un precioso yidam, una deidad imaginada. Y cuando el momento crucial llegó, no cesó en su soñar a la singularidad humana. Tal era la fuerza de su fidelidad a esa imágen que mientras giraba –sus vastos torrentes de Luz Orgánica torsionándose hacia la forma material– viró rápidamente a través del brazo galáctico y a través de la niebla nebular hacia el Trapecio donde la plantilla estaba incrustada. Al hacer esto, arrancó parte de la plantilla antes de girar de nuevo hacia afuera y colapsó dentró del mecanismo gravitacional del mundo Arcano. Tal fue su inaudito acto final de anhelo.
Cuando el Aeón Sofía viró velózmente hacia el interior de Orion y desgarró la plantilla, tomó parte del genoma del Antropos consigo, y el rocío nucléico desgarrado a modo de una cinta hecha jirones fue absorbido dentro del blando globo de la tierra maternal. Al desgarrar la plantilla, Sofía causó la separación de los sexos y precipitó las condiciones para la reproducción mitótica en la especie humana, lo que no era una característica en su soñar original.
Este torrente de Luz Orgánica se transforma en un cuerpo planetario que no pertenece
al reino de los Arcanos, pero que queda atrapado en él. Sofía se transforma en un planeta que es orgánico, sensible y consciente de sí mismo. Pero la vida que ella adquiere a través de esta transformación es diferente de la vida que ella disfrutaba entre los Eones Plerómicos. No es una vida individual, completa, sin fisuras, integral y autónoma, sino una vida de dependencia e interrelación, una red extensa de complejidad precaria.
8. Intercesión Plerómica
A medida que Sofía pierde su forma eónica, sus emociones se transforman en los elementos físicos de la Tierra. El globo terrestre se solidifica, un planeta fetal capturado en los cielos mecánicos del Demiurgo y sus secuaces. La estrella madre en el centro de este sistema confiere una corriente cálida que nutre al planeta emergente. Al mismo tiempo, el mecanismo planetario ejerce sus fuerzas ciegas, sometiendo a Sofía a condiciones que no existen en el Pleroma.
Durante un enorme periodo de tiempo la diosa caída produce una atmósfera y océanos. El Generador se cubre modestamente con nubes de color mármol de los vapores de la biosfera. Sobre su cuerpo planetario la vida se manifiesta en exuberantes formas. Criaturas grandes y pequeñas aparecen en tal abundancia que Sofía no es capaz de controlar su descendencia. Mirando desde el centro galáctico, los Generadores observan su difícil situación. Por consentimiento común ellos envían al Eón Christos, para poner orden en la diversidad biológica que abunda en el mundo de Sofía. Debido al poder específico que el Eón Christos dispone, él puede inducir el proceso cósmico de gemación o nucleación y así establecer límites en todos los procesos de vida y en los organismos nucleados que tienen membranas que definen sus propiedades y acciones. La nucleación ocasiona la inflamación de los nódulos con forma de capullo que rezuman humedad y fragancia, como un crisma. Debido a que este Eón porta la acción chrismática, Christos es llamado "la unción".
En una acción que refleja lo que intencionalmente Sofía cometió sin intención, Christos cruza el límite plerómico e intercede en el experimento que se desarrolla en los brazos espirales. El Generador organiza las formas de vida floreciendo sobre el planeta y entonces se aleja, retirándose hacia el centro galáctico.
A medida que Sofía pierde su forma eónica, sus emociones se transforman en los elementos físicos de la Tierra. El globo terrestre se solidifica, un planeta fetal capturado en los cielos mecánicos del Demiurgo y sus secuaces. La estrella madre en el centro de este sistema confiere una corriente cálida que nutre al planeta emergente. Al mismo tiempo, el mecanismo planetario ejerce sus fuerzas ciegas, sometiendo a Sofía a condiciones que no existen en el Pleroma.
Durante un enorme periodo de tiempo la diosa caída produce una atmósfera y océanos. El Generador se cubre modestamente con nubes de color mármol de los vapores de la biosfera. Sobre su cuerpo planetario la vida se manifiesta en exuberantes formas. Criaturas grandes y pequeñas aparecen en tal abundancia que Sofía no es capaz de controlar su descendencia. Mirando desde el centro galáctico, los Generadores observan su difícil situación. Por consentimiento común ellos envían al Eón Christos, para poner orden en la diversidad biológica que abunda en el mundo de Sofía. Debido al poder específico que el Eón Christos dispone, él puede inducir el proceso cósmico de gemación o nucleación y así establecer límites en todos los procesos de vida y en los organismos nucleados que tienen membranas que definen sus propiedades y acciones. La nucleación ocasiona la inflamación de los nódulos con forma de capullo que rezuman humedad y fragancia, como un crisma. Debido a que este Eón porta la acción chrismática, Christos es llamado "la unción".
En una acción que refleja lo que intencionalmente Sofía cometió sin intención, Christos cruza el límite plerómico e intercede en el experimento que se desarrolla en los brazos espirales. El Generador organiza las formas de vida floreciendo sobre el planeta y entonces se aleja, retirándose hacia el centro galáctico.
9. La Corrección de Sofía
Totalmente identificada con los procesos de vida del planeta en que ella se ha convertido, la diosa caída ahora encarna el mundo que ella soñó, donde la especie humana ahora emerge y procede a vivir hasta el fin un experimento divino, el desenvolvimiento de la Singularidad Cósmica. Pero no del todo como ella lo ha soñado. El planeta orgánico está capturado en un sistema inorgánico.
La encarnación de Sofía es el planeta vivo, en toda su forma desde su núcleo fundido hasta los límites de la biosfera. Sus pasiones se han convertido en los elementos físicos, sólidos, acuosos, aéreos y de fuego. Y a través de los elementos Sofía experimenta
alegría y angustia como todo ser emocional, y su campo emocional incluye la matriz de sensibilidad planetaria en su totalidad. Habiéndose convertido en un cuerpo planetario, Gaia, ella no se olvida de lo que es ser un Eón, un torrente danzante de Luz Orgánica, vivo y consciente, auto poético y super animado. Ella es tanto el flujo torrencial de Luz Orgánica y el cuerpo planetario material: ella es Gaia Sofía.
Pero la memoria de Gaia sobre su condición divina depende de lo que se desarrolla en las condiciones del experimento terrestre. Y de una manera misteriosa, el auto recuerdo de la diosa caída depende de una especie de entre todas las demás - esa Singularidad, la cepa humana.
Incluso antes de su caída, Sofía estaba comprometida íntimamente con las originalidades que iban a surgir en la Tierra a través del Antropos. Esta especie no decide el destino de la vida en la Tierra, ni en última instancia determina la reconexión del Eón al Pleroma. Pero ¿de alguna manera el Antropos juega un papel clave en cómo Sofía se vuelve a alinear con el Pleroma mientras ella está aún atrapada en los ciclos de la naturaleza y experimenta la metamorfosis cíclica de la vida planetaria? El mensaje de los Telestai, aquellos videntes entrenados que fueron dirigidos por la historia de esta visión, sugieren fuertemente que es así. Las enseñanzas que sobreviven de los Misterios nos presentan un misterio consumado a resolver: La Corrección de Sofía.
Durante billones de años, el Eón Sofía muestra que ella es plenamente capaz de recuperar su fuerza de vida después de traumas y extinciones masivas. La continuidad de sus ciclos de vida es compartida por todas las criaturas que ella selecciona para la resurrección, pero que es vivida por la Humanidad de una manera especial, porque los Seres Humanos tienen una habilidad narrativa más avanzada que otros animales. Puede ser que la Humanidad, con su capacidad de contar historias, le sirviera a Gaia- Sofía como un circuito de memoria. En la imaginación, por medio del lenguaje, la especie humana puede recordar y contar toda la trayectoria de su metamorfosis.
Totalmente identificada con los procesos de vida del planeta en que ella se ha convertido, la diosa caída ahora encarna el mundo que ella soñó, donde la especie humana ahora emerge y procede a vivir hasta el fin un experimento divino, el desenvolvimiento de la Singularidad Cósmica. Pero no del todo como ella lo ha soñado. El planeta orgánico está capturado en un sistema inorgánico.
La encarnación de Sofía es el planeta vivo, en toda su forma desde su núcleo fundido hasta los límites de la biosfera. Sus pasiones se han convertido en los elementos físicos, sólidos, acuosos, aéreos y de fuego. Y a través de los elementos Sofía experimenta
alegría y angustia como todo ser emocional, y su campo emocional incluye la matriz de sensibilidad planetaria en su totalidad. Habiéndose convertido en un cuerpo planetario, Gaia, ella no se olvida de lo que es ser un Eón, un torrente danzante de Luz Orgánica, vivo y consciente, auto poético y super animado. Ella es tanto el flujo torrencial de Luz Orgánica y el cuerpo planetario material: ella es Gaia Sofía.
Pero la memoria de Gaia sobre su condición divina depende de lo que se desarrolla en las condiciones del experimento terrestre. Y de una manera misteriosa, el auto recuerdo de la diosa caída depende de una especie de entre todas las demás - esa Singularidad, la cepa humana.
Incluso antes de su caída, Sofía estaba comprometida íntimamente con las originalidades que iban a surgir en la Tierra a través del Antropos. Esta especie no decide el destino de la vida en la Tierra, ni en última instancia determina la reconexión del Eón al Pleroma. Pero ¿de alguna manera el Antropos juega un papel clave en cómo Sofía se vuelve a alinear con el Pleroma mientras ella está aún atrapada en los ciclos de la naturaleza y experimenta la metamorfosis cíclica de la vida planetaria? El mensaje de los Telestai, aquellos videntes entrenados que fueron dirigidos por la historia de esta visión, sugieren fuertemente que es así. Las enseñanzas que sobreviven de los Misterios nos presentan un misterio consumado a resolver: La Corrección de Sofía.
Durante billones de años, el Eón Sofía muestra que ella es plenamente capaz de recuperar su fuerza de vida después de traumas y extinciones masivas. La continuidad de sus ciclos de vida es compartida por todas las criaturas que ella selecciona para la resurrección, pero que es vivida por la Humanidad de una manera especial, porque los Seres Humanos tienen una habilidad narrativa más avanzada que otros animales. Puede ser que la Humanidad, con su capacidad de contar historias, le sirviera a Gaia- Sofía como un circuito de memoria. En la imaginación, por medio del lenguaje, la especie humana puede recordar y contar toda la trayectoria de su metamorfosis.
Imágen alquímica de la Divina Sofía como el Arbol del Conocimiento y fuente del Elixir de la Vida. Era conocida por los alquimistas como Sapientia, Dama de la Sabiduría, Dama Naturaleza, Alkimia. El recinto con múltiples murallas rodeándola puede sugerir el cosmos con múltiples franjas de los Arcanos. Metafóricamente, representa la alcoba del conocimiento y después las cámaras de instrucción divina: exotéricas, mesotéricas y esotéricas.
Traducido por M.E. RomeroPero ¿puede la especie humana verse a si misma en un papel tan sublime? ¿Puede verse a si misma como una especie divinamente imaginada en su totalidad? Puede diseñar su curso apropiado de evolución en el marco de la biografía cósmica de Sofía? ¿Puede cumplir con el reto de completar algunos de los aspectos de la imaginación divina y contribuir a la corrección de la diosa caída?
Aunque no es la especie más preciada –toda su progenie es preciosa para la madre de los animales del planeta– la Humanidad tiene el raro privilegio de participar íntimamente en la Corrección de Sofía, su alineación con la fuente cósmica, el Pleroma. Pero para hacer esto el Antropos primero tiene que corregirse a si mismo. Debe darse cuenta de su propio y verdadero potencial, encarar y dominar la desviación impuesta por los Arcanos. ¿Cómo la Humanidad afrontará este reto y cómo la corrección de la trayectoria cósmica de Gaia se llevará a cabo? Las respuestas pertenecen al presente y al futuro, la parte no escrita de la historia de Sofía.
Aunque no es la especie más preciada –toda su progenie es preciosa para la madre de los animales del planeta– la Humanidad tiene el raro privilegio de participar íntimamente en la Corrección de Sofía, su alineación con la fuente cósmica, el Pleroma. Pero para hacer esto el Antropos primero tiene que corregirse a si mismo. Debe darse cuenta de su propio y verdadero potencial, encarar y dominar la desviación impuesta por los Arcanos. ¿Cómo la Humanidad afrontará este reto y cómo la corrección de la trayectoria cósmica de Gaia se llevará a cabo? Las respuestas pertenecen al presente y al futuro, la parte no escrita de la historia de Sofía.
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John Lamb Lash es un estudioso de los textos coptos del Nag Hammadi y autor de varios libros. John es autodidacta y ha dedicado años a descifrar y comprender el contenido de los textos Gnósticos, habiendo aprendido Copto. En el artículo publicado en su web Metahistory, presenta una visión radical del Gnosticismo con comentarios originales sobre los códices de Nag Hammadi.
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Artículo original en inglés - Mas información del mismo autor • The Fall of the Wisdom Goddess • John Lash - Red Ice Interview 02-10-08 - Gnosticism & Artificial Technomania of the Archons |
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