LA ONU revela su plan maestro para la destrucción de la economía global
por James Delingpole
traducción de M.E. Romero
por James Delingpole
traducción de M.E. Romero
El ex-Secretario de las Naciones Unidas, John Bolton, comentó famosamente: "El edificio del secretariado de la ONU en Nueva York tiene 38 plantas. Si perdiese diez no supondría ninguna perdida". (H/T Milo)
Pero yo diría que Bolton estaba siendo muy modesto en sus aspiraciones. Demasiado modesto. Yo sugeriría que si perdiésemos todas las 38 plantas, los beneficios hacia la humanidad serían casi incalculables. Ahora mismo, en efecto, es probable que sea la ONU la que presenta un mayor peligro hacia la Civilización Occidental y el futuro económico del mundo que Al Qaeda. Echale un vistazo a su último informe Estudio Económico y Social Mundial 2011– y verás a lo que me refiero.
El estudio argumenta que en el transcurso de los próximos 40 años, nuestros gobiernos deben gastar un mínimo anual de 1,9 trillones de dólares –eso es la escalofriante suma de 76 trillones de dólares– para dirigir la economía global por el camino del "crecimiento verde".
Pero, el "crecimiento verde" –como el informe mas o menos reconoce– es un oxímoron. Eso es por lo que, aunque haya sido supervisado por un presunto economista, el holandés Rob Vos, el informe carece de vergüenza alguna en defender la limitación del crecimiento económico a través de impuestos punitivos y otras formas de intervención gubernamental. ¿Por qué? Para combatir el "Cambio Climático", claro.
Aquí está la patada:
"Así pues, si por ejemplo, las metas de reducción de emisiones no pueden ser alcanzadas a través de la aceleración del progreso en generación de energías eficientes y renovables, puede ser necesario imponer topes en el mismo consumo de energía para poder alcanzar la mitigación del cambio climático de una manera oportuna. Las propuestas para poner límites al crecimiento económico pueden verse en este contexto."
Y si la poda de 1,9 trillones de dólares anuales de la economía mundial (eso representa un 3% del producto bruto mundial en 2010) resulta en un estancamiento y una menor calidad de vida para nuestros hijos y nietos, pues bueno. Como el estudio nos informa remilgadamente, ninguno de nosotros realmente necesita ganar más de 10.000 dólares al año. Cualquier exceso sobre esta cantidad es pura codicia: "Por ejemplo, tomando la esperanza de vida como una medida objetiva de la calidad de vida, puede apreciarse que la esperanza de vida no aumenta mucho más allá de un ingreso per cápita de 10.000 dólares. Similarmente, la evidencia a través del pais sugiere que no existen ganancias adicionales en cuanto a desarrollo humano (según mediciones del índice de desarrollo humano) más allá de un nivel de uso de energía de unos 110 gigajulios (GJ) ( o 2 toneladas per cápita del equivalente en petroleo)."
Pero yo diría que Bolton estaba siendo muy modesto en sus aspiraciones. Demasiado modesto. Yo sugeriría que si perdiésemos todas las 38 plantas, los beneficios hacia la humanidad serían casi incalculables. Ahora mismo, en efecto, es probable que sea la ONU la que presenta un mayor peligro hacia la Civilización Occidental y el futuro económico del mundo que Al Qaeda. Echale un vistazo a su último informe Estudio Económico y Social Mundial 2011– y verás a lo que me refiero.
El estudio argumenta que en el transcurso de los próximos 40 años, nuestros gobiernos deben gastar un mínimo anual de 1,9 trillones de dólares –eso es la escalofriante suma de 76 trillones de dólares– para dirigir la economía global por el camino del "crecimiento verde".
Pero, el "crecimiento verde" –como el informe mas o menos reconoce– es un oxímoron. Eso es por lo que, aunque haya sido supervisado por un presunto economista, el holandés Rob Vos, el informe carece de vergüenza alguna en defender la limitación del crecimiento económico a través de impuestos punitivos y otras formas de intervención gubernamental. ¿Por qué? Para combatir el "Cambio Climático", claro.
Aquí está la patada:
"Así pues, si por ejemplo, las metas de reducción de emisiones no pueden ser alcanzadas a través de la aceleración del progreso en generación de energías eficientes y renovables, puede ser necesario imponer topes en el mismo consumo de energía para poder alcanzar la mitigación del cambio climático de una manera oportuna. Las propuestas para poner límites al crecimiento económico pueden verse en este contexto."
Y si la poda de 1,9 trillones de dólares anuales de la economía mundial (eso representa un 3% del producto bruto mundial en 2010) resulta en un estancamiento y una menor calidad de vida para nuestros hijos y nietos, pues bueno. Como el estudio nos informa remilgadamente, ninguno de nosotros realmente necesita ganar más de 10.000 dólares al año. Cualquier exceso sobre esta cantidad es pura codicia: "Por ejemplo, tomando la esperanza de vida como una medida objetiva de la calidad de vida, puede apreciarse que la esperanza de vida no aumenta mucho más allá de un ingreso per cápita de 10.000 dólares. Similarmente, la evidencia a través del pais sugiere que no existen ganancias adicionales en cuanto a desarrollo humano (según mediciones del índice de desarrollo humano) más allá de un nivel de uso de energía de unos 110 gigajulios (GJ) ( o 2 toneladas per cápita del equivalente en petroleo)."
La gran transformación tecnológica verde
¿En serio sugieren que las economías desarrolladas deberían racionar el uso de energía de sus ciudadanos? Sin lugar a dudas:
"El estudio estima que el tope en las emisiones sería el equivalente a la consumición de energía primaria por parte del consumidor de 70 gigajulios per cápita al año, lo que quiere decir que el Europeo medio debería reducir su consumo de energía a la mitad y que un habitante de los Estados Unidos de América tendría que reducirlo como promedio unas tres cuartas partes."
Así que, en vez de poder disfrutar de una ducha caliente cada dia, todos vosotros Americanos, vais a restringir vuestras templadas abluciones a los fines de semana. Lo mismo para el aire acondicionado en verano y la calefacción en invierno. Bienvenidos al Nuevo Orden Mundial Verde.
"El estudio estima que el tope en las emisiones sería el equivalente a la consumición de energía primaria por parte del consumidor de 70 gigajulios per cápita al año, lo que quiere decir que el Europeo medio debería reducir su consumo de energía a la mitad y que un habitante de los Estados Unidos de América tendría que reducirlo como promedio unas tres cuartas partes."
Así que, en vez de poder disfrutar de una ducha caliente cada dia, todos vosotros Americanos, vais a restringir vuestras templadas abluciones a los fines de semana. Lo mismo para el aire acondicionado en verano y la calefacción en invierno. Bienvenidos al Nuevo Orden Mundial Verde.
Lo que es asombroso de todo esto –y créeme, hay aún mucho más en el mismo sitio de donde ha salido esto– es la desvergüenza impávida con la que defiende esta demencia económica. Aquí está la institución intergobernamental más poderosa del mundo esencialmente argumentando en pro de la destrucción de la economía global, racionamiento forzado, redistribución Marxista de la riqueza, una mayor regulación, la erosión de los derechos de propiedad y gobernanza global por un nuevo orden mundial de tecnócratas y burócratas. Y todo esto, de una manera tan flagrante que incluso publican notas de prensa, haciéndonos saber lo que planean, y animándonos a escribir sobre ello.
Esto es lo que me sorprendió mientras investigaba para mi libro Watermelons. Si el movimiento verde global se trata de algún tipo de conspiración, entonces es una conspiración a plena luz del dia. La gente en el poder que está promoviendo esta agenda – ya sean los eco-activistas del Presidente Obama, John Holdren y Carol Browner, la Ministra verde, Caroline Lucas y todos esos apparatchiks en la ONU y UE– no se cortan acerca de lo que quieren hacer para salvar al mundo del peligro del "Cambio Climático": el fin de la civilización industrial. Lo que podría llegar a ser comprensible si la crisis a la que nos enfrentamos fuera tan grande que solo las medidas más extremas fueran suficientes. Pero la crisis que ellos describen no existe. Según argumento en la segunda parte de mi libro, el crecimiento económico y el verdadero medio-ambientalismo –a diferencia de la perversión enferma, bastardizada y retorcida que nos echan encima los verdes– van de la mano.
Al crecer en riqueza, las economías disponen de mas dinero para reservar para aire más puro, rios más limpios, así como invertir en investigación y desarrollo de proyectos de formas de energía más ecológicamente sanas. No es coincidencia que el peor daño medio-ambiental del último siglo haya sido llevado a cabo en los paises del otro lado de la Cortina de Hierro. Las economías del libre mercado tienden a ser más limpias y sanas porque limpio y sano es lo que las personas escogen si pueden permitírselo. No necesitan que el gobierno se inmiscuya, tomando su dinero para gastarlo ineficiéntemente intentando conseguir algo que llegaría a suceder de una manera natural.
Lo que este absurdo estudio de la ONU defiende, es el exacto opuesto de lo que el mundo necesita si quiere convertirse en genuinamente verde. Todas esas personas en paises en vias de desarrollo, si van a vivir vidas más sanas, medio-ambientalmente menos nocivas, lo que menos necesitan son limosnas de las economías más ricas. Lo que necesitan es derechos de propiedad y libre comercio y la oportunidad de hacer crecer su economía hasta tal punto que puedan permitirse el lujo de tener que criar menos hijos y calentar e iluminar sus casas sin tener que cortar los árboles más cercanos. Lo que también necesitan de nosotros en Occidente es que tengamos unas prósperas economías para que podamos importar una mayor cantidad de sus productos. Racionamiento y límites al crecimiento no son la respuesta. La ONU es una amenaza y escuchamos sus delirios eco-fascistas por nuestra propia cuenta y riesgo.
Esto es lo que me sorprendió mientras investigaba para mi libro Watermelons. Si el movimiento verde global se trata de algún tipo de conspiración, entonces es una conspiración a plena luz del dia. La gente en el poder que está promoviendo esta agenda – ya sean los eco-activistas del Presidente Obama, John Holdren y Carol Browner, la Ministra verde, Caroline Lucas y todos esos apparatchiks en la ONU y UE– no se cortan acerca de lo que quieren hacer para salvar al mundo del peligro del "Cambio Climático": el fin de la civilización industrial. Lo que podría llegar a ser comprensible si la crisis a la que nos enfrentamos fuera tan grande que solo las medidas más extremas fueran suficientes. Pero la crisis que ellos describen no existe. Según argumento en la segunda parte de mi libro, el crecimiento económico y el verdadero medio-ambientalismo –a diferencia de la perversión enferma, bastardizada y retorcida que nos echan encima los verdes– van de la mano.
Al crecer en riqueza, las economías disponen de mas dinero para reservar para aire más puro, rios más limpios, así como invertir en investigación y desarrollo de proyectos de formas de energía más ecológicamente sanas. No es coincidencia que el peor daño medio-ambiental del último siglo haya sido llevado a cabo en los paises del otro lado de la Cortina de Hierro. Las economías del libre mercado tienden a ser más limpias y sanas porque limpio y sano es lo que las personas escogen si pueden permitírselo. No necesitan que el gobierno se inmiscuya, tomando su dinero para gastarlo ineficiéntemente intentando conseguir algo que llegaría a suceder de una manera natural.
Lo que este absurdo estudio de la ONU defiende, es el exacto opuesto de lo que el mundo necesita si quiere convertirse en genuinamente verde. Todas esas personas en paises en vias de desarrollo, si van a vivir vidas más sanas, medio-ambientalmente menos nocivas, lo que menos necesitan son limosnas de las economías más ricas. Lo que necesitan es derechos de propiedad y libre comercio y la oportunidad de hacer crecer su economía hasta tal punto que puedan permitirse el lujo de tener que criar menos hijos y calentar e iluminar sus casas sin tener que cortar los árboles más cercanos. Lo que también necesitan de nosotros en Occidente es que tengamos unas prósperas economías para que podamos importar una mayor cantidad de sus productos. Racionamiento y límites al crecimiento no son la respuesta. La ONU es una amenaza y escuchamos sus delirios eco-fascistas por nuestra propia cuenta y riesgo.
Nota de prensa en inglés : http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=38936&Cr=green&Cr1
Estudio Económico y Social Mundial 2011: http://www.un.org/en/development/desa/policy/wess/wess_current/2011wess_overview_sp.pdf
Estudio Económico y Social Mundial 2011: http://www.un.org/en/development/desa/policy/wess/wess_current/2011wess_overview_sp.pdf